Cataluña

Esquerra baraja un intento de investidura ante el bloqueo de JxCat

Aragonès tomaría este camino para frenar exigencias inasumibles de Puigdemont

El vicepresidente de la Generalitat en funciones y candidato a la presidencia por ERC, Pere Aragonès, conversa con su compañero de partido Josep Maria Jové (d), en el pleno del Parlament.
El vicepresidente de la Generalitat en funciones y candidato a la presidencia por ERC, Pere Aragonès, conversa con su compañero de partido Josep Maria Jové (d), en el pleno del Parlament.Enric FontcubertaEFE

Pere Aragonés, el president nonato de la Generalitat de Catalunya, lanzó el domingo un ultimátum a Junts per Catalunya para llegar a un acuerdo de Govern. No lo ha logrado y no parece que los de Junts hayan aceptado su ultimátum. El día 1 de mayo seguiremos sin gobierno y, de momento, sin candidato cuando se entra en la cuenta atrás que finaliza el próximo 26 de mayo. En esta semana, Aragonés, dando una muestra de debilidad, fue a negociar al frente de ERC con Jordi Sánchez a la cárcel de Lledoners. No consta que Oriol Junqueras estuviera presente en el encuentro.

Las negociaciones están siendo marcadas por Junts per Catalunya. Saben que ERC no se atreve a explorar otras posibilidades y marcan el paso. La reunión del pasado martes se diluyó en un escueto comunicado de ambas formaciones con el mantra de que todo «va bien». Se desconoce realmente como va porque no se sabe cuál será el papel del Consell de la República, cuál será el papel de los independentistas en el Congreso de los Diputados, cuál será la estructura de gobierno y quiénes serán los consellers.

Además de las diferencias entre ambas formaciones, hay que tener en cuenta que en la negociación hay al menos cinco partes. En ERC empiezan a convivir dos almas. Por un lado, está Aragonés que quiere fortalecer su núcleo duro, mientras que los hombres y mujeres de Junqueras parece que se refugiarán bajo la égida de Laura Vilagrà, una persona cercana al líder de los republicanos. Estas dos almas, de momento, mantienen los mismos objetivos, pero se denota un pulso fuera de focos.

En Junts parece que Jordi Sánchez es el que dirige la orquesta, sin olvidar que los neoconvergentes tienen que compatibilizar su estrategia con Carles Puigdemont, que parece estar alejado del día a día, y con Laura Borràs que mantiene su toma y daca con Sánchez. Las tres sensibilidades dilucidarán sus fuerzas en el congreso que Junts celebrará el fin de semana que viene. Un congreso retrasado casi con el único fin de hacer temblar las estructuras de los republicanos.

ERC amaga con un gobierno en solitario de la CUP, pero no tiene consistencia. De momento, Aragonés se ha empecinado en intentarlo hasta el último minuto con Junts per Catalunya aunque le hagan pasar las de Caín. En el seno de ERC existe el convencimiento de que las conversaciones con Junts fructificarán porque los de Sánchez-Puigdemont-Borràs no tendrán agallas de romper las negociaciones, pero al tiempo son conscientes que en el último minuto les plantearán peticiones inasumibles para que ERC diga que no.

En el fondo, ambos partidos siguen peleando por erosionar al contrario y hacerse con el control, o la dirección, del movimiento independentista. Cada movimiento negociador juega con las dos caras de la moneda. Una para llegar a un acuerdo, la otra para dejar en evidencia al adversario. Por eso, en ERC, saben que deben ser fuertes ante el último embate de la derecha independentista. La respuesta que se baraja en la sede de Calabria es que ante una petición inasumible de Junts, firmeza en el no, y al tiempo, que Aragonés pida a Borràs una segunda sesión de investidura para que el protagonismo de la ruptura independentista recaiga en Junts.

El ultimátum de Aragonés ha sido ninguneado por los de Jordi Sánchez. Tanto que en el ánimo de los republicanos no se espera ningún tipo de acuerdo hasta el 15 de mayo. A partir de ese momento todo serán prisas y acuerdos de última hora que no siempre son estables.