Negociaciones
ERC y JxCat se reparten el poder del Govern en una cumbre en prisión
Tratan “por primera vez” la distribución de consejerías pese a que el acuerdo sigue lejos y sin avances notables. Pere Aragonès lidera la delegación republicana para negociar con Jordi Sànchez
El independentismo ha tardado prácticamente dos meses y medio tras los comicios del 14 de febrero en celebrar una reunión «al más alto nivel» entre JxCat y Esquerra en la cárcel de Lledoners (Barcelona) para intentar desbloquear la investidura de Pere Aragonès y la formación de un Govern independentista, aunque el acuerdo no parece inminente pese al ultimátum de ERC con el 1 de mayo. Y lo ha hecho esta martes en una reunión de tres horas y media con etiqueta de “cumbre” entre los máximos dirigentes de ambos partidos, confirmada a los medios un día antes y con un punto principal en la agenda pese a los múltiples flecos por resolver: el reparto en la Generalitat, un equilibrio de poder que ha empezado a dirimirse en prisión, lejos de la plaza de Sant Jaume.
Ambos partidos emitieron un comunicado conjunto a última hora de este martes, sin novedades y en el que solo reiteran la voluntad de dar forma a un Ejecutivo independentista. Y es que los negociadores de JxCat y Esquerra se desplazaron hasta el centro penitenciario donde cumplen condena la mayoría de políticos por el 1-O para sentar frente a frente a los republicanos Oriol Junqueras-Pere Aragonès-Josep Maria Jové con los posconvergentes Jordi Sànchez (secretario general del partido)-Elsa Artadi-Josep Rius, una negociación bilateral con seis protagonistas –con mención especial para el presidenciable de ERC, hasta ahora en un segundo plano– y sin la CUP. Los antisistema han suscrito un pacto con Esquerra y han asegurado estar en permanente contacto, aunque no han acudido al cónclave entre las dos fuerzas mayoritarias del independentismo.
Cuando falta menos de un mes para que las elecciones queden convocadas de forma automática si el 26 de mayo no hay president, posconvergentes y republicanos han abierto este martes “por primera vez” una de las varias carpetas pendientes: la citada estructura y formación del próximo Ejecutivo si finalmente hay acuerdo para desbloquear la investidura. Esquerra, por petición expresa de JxCat, ha presentado una primera propuesta, un dibujo que pasa por un Govern de 13 consejerías más la presidencia de Pere Aragonès.
La intención de los republicanos es no sumar carteras –actualmente hay 13 y se mantendría el número– aunque sí repartirlas de forma distinta e incorporar tres nuevas: Acción Climática, Feminismos y Universidad e Investigación. Por tanto, JxCat y ERC deberán fusionar e unificar departamentos y competencias para mantener la estructura actual de la Generalitat.
La idea es repartirse a medias el Ejecutivo y los altos cargos derivados: 50% para cada parte con un intercambio de papeles respecto a la anterior legislatura, cuando JxCat quedó por delante de ERC en las urnas. Ahora, son los republicanos quienes están al frente con los posconvergentes un paso por detrás.
Otro de los aspectos por resolver es el reparto de poder interno bajo la presidencia de Pere Aragonès. De llegar a un acuerdo, la vicepresidencia será para JxCat y Elsa Artadi, dirigente de la máxima confianza de Carles Puigdemont en el Palau de la Generalitat. El gran escollo ahora es negociar y resolver quién gestionará los fondos europeos Next Generation para abordar la pospandemia: si ERC desde la Presidencia con Pere Aragonès o JxCat desde Economía con la propia Elsa Artadi. Salud, cartera clave en plena pandemia, será para los posconvergentes, mientras que Interior –con los Mossos d’Esquadra– para los republicanos si llegan a un pacto.
Precisamente, el eje económico del Govern para gestionar la crisis sanitaria y social es uno de los temas que se abordarán esta semana después de que la pasada los partidos incidieran en medidas de corte más social.
Otro de los escollos por dirimir tras la reunión en el centro penitenciario de Lledoners sigue siendo la hoja de ruta, el poder de Carles Puigdemont y el mando del “procés”, con una dirección colegiada entre partidos y entidades dependiente del Consell per la República, órgano del expresident en Waterloo.
También la posición del independentismo en el Congreso de los Diputados, con Puigdemont presionando a ERC para pactar una postura común ante Pedro Sánchez, algo que los republicanos rechazan.
Un mayo de vértigo
El 26 de mayo termina el plazo para lograr un acuerdo y evitar la convocatoria automática de elecciones. Una cuenta atrás en un mayo de vértigo, que empieza este sábado día 1, fecha marcada en rojo en el calendario por ERC para presionar a JxCat con la investidura. Luego aparecen los comicios de la Comunidad de Madrid (el 4) el congreso extraordinario del partido de Puigdemont (7-8) y el fin del Estado de Alarma, previsto para el lunes 9. Tres citas que pueden influir en la recta final del independentismo.
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