Sin ocio nocturno

El descontrol de los botellones en Barcelona: más de 11.000 personas desalojadas el fin de semana

La falta de entretenimiento nocturno lleva a los ciudadanos a buscar formas alternativas

Cientos de personas celebran en la playa de la Barceloneta. Kike Rincón / Europa Press16/05/2021
Cientos de personas celebran en la playa de la Barceloneta. Kike Rincón / Europa Press16/05/2021Kike RincónEuropa Press

Nuevo fin de semana sin ocio nocturno y nuevos momentos de situación prácticamente prepandémica en las calles, plazas y playas barcelonesas. Las reuniones y botellones han vuelto a darse durante todo el fin de semana en los puntos habituales de la ciudad con grandes aglomeraciones en las que no se respeta nada de lo dictado por el Procicat para evitar la propagación de la pandemia.

Tras cinco fines de semana sin toque de queda ni estado de alarma, los barceloneses que permanecen no tienen más remedio que juntarse, ya sea en domicilios o lugares públicos, para socializar sin ocio nocturno. Tras la caída de las restricciones más duras, Cataluña ha optado por ir cediendo muy lentamente en sectores como la restauración, a la que desde el viernes se le permite abrir hasta la 1.00 de la madrugada, pero no se ha decantado aún por permitir abrir el ocio nocturno.

Todo ello ha provocado que jóvenes y no tan jóvenes salgan cada viernes y sábado a divertirse provocando multitudinarios botellones y aglomeraciones por las calles barcelonesas que han provocado que los cuerpos policiales tengan que actuar noche tras noche. Esta madrugada la Guardia Urbana de Barcelona en el marco de una operación conjunta con los Mossos d’Esquadra ha desalojado la madrugada de este domingo a un total de 6.615 personas por formar aglomeraciones en espacios públicos de la ciudad.

La madrugada del sábado, además, la Guàrdia Urbana de Barcelona, en un en el marco del mismo operativo conjunto, desalojó a un total de 4.924 personas por formar aglomeraciones en espacios públicos de la ciudad en los mismos puntos de cada fin de semana. Todo ello ha provocado que los cuerpos policiales encargados del mantenimiento del orden en la ciudad hayan tenido que reforzar los operativos previstos para que se puedan cumplir las medidas sanitarias.

Tras cinco fines de semana sin toque de queda, los ciudadanos reclaman poder salir de fiesta aunque sea con ciertas restricciones. Lo mismo que pide la patronal del ocio nocturno desde hace varios meses y que en las últimas semanas ha visto como ciertas promesas de los gobernantes catalanes no se cumplían. El nuevo conseller de Salud, Josep Maria Argimon, llegó a decir que el ocio nocturno debía abrir “pronto” cuando aún era responsable de salud pública y no había asumido el cargo, pero tras llegar al frente del departamento decidió aparcar el tema.

La patronal, que consiguió que la ciudad de Sitges hiciese un ensayo con más de 400 personas en una noche para probar que con medidas su negocio es igual de seguro que los otros no consiguió realizar una prueba similar en Barcelona por la formación del nuevo gobierno. Aunque el gobierno municipal vio con buenos ojos la propuesta el nuevo conseller decidió parar los planes y elaborar un plan conjunto para cuando se de luz verde a la reapertura.

El sector nocturno lleva con la persiana bajada desde el inicio de la pandemia y, aunque algunos bares musicales pudieron abrir durante algunos meses, desde el pasado octubre tienen totalmente prohibido operar en Cataluña. Las voces desesperadas de los restauradores nocturnos se han ido sucediendo y aunque parece que próximamente, lo más factible según el Govern es la fiesta de San Juan, se vive una situación límite en el mundo de la noche catalana.