Opinión
Y soñé con una mesa
Pues sí, soñé con una mesa y en ella se sentaban dos señores muy importantes con sus respectivos asesores.
-Hola, qué alegría verte,
-Bueno alegría, alegría, no sé yo porque bastantes problemas me ha traído esta reunión, pero había que hacerla y aquí estamos.
-Venga, ¿de qué quieres que hablemos?
-De amnistía, autodeterminación y referéndum.
-Ya sabes que yo de esto no puedo prometerte nada.
-Pero yo te lo tenía que decir, porque si salgo y no digo que te lo he dicho me cae la del pulpo.
-Vale, tú di lo que quieras, que yo también lo haré.
-Mira, yo lo que de verdad quiero es seguir mandando y dar por saco a la competencia.
-Pues oye, en eso estamos de acuerdo, mira que son pesados y eso de tener a la oposición dentro del Gobierno es una lata.
-Me lo explicas o me lo cuentas, aunque la verdad es que los tuyos hacen oposición pero se portan, sin embargo mis primos hermanos van de ocurrencia en ocurrencia y para colmo necesito también a los antisistema.
-Pero por lo menos tu no los tienes dentro…, en fin, ¿de qué hablamos?
-De fútbol no me apetece.
-A mi tampoco, me gusta más el baloncesto.
-El baloncesto en general no nos gusta a los bajitos, ¿y si hablamos de la luz?
-Eso a mí ni mencionarlo, menudo marrón. ¿Qué te parece el aeropuerto del Prat?
-Huy no menos, porque ya no se qué decir, ni que hacer.
-¡Que son 1.700 millones!
-Ya, pero no conoces tú a mis colegas.
-Me lo imagino.
-¿Y si te explico que Santa Teresa era catalana y estuvo en el Monasterio de Pedralbes?
-Quita, quita que a mi estos rollos no me van nada. Bueno ya hemos pasado el rato, ahora salimos fuera y que cada uno diga lo que quiera, y vosotros (se dirigió a quienes a los acompañaban) de esto ni mu.
-Así se habla, muy bien, y no te olvides al salir de llevarte la Bandera.
Suerte que solo era un sueño.
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