Opinión
Santi Tarín, un grande de tribunales
Hubo un tiempo en el que los Juzgados de Instrucción estaban frente a la Audiencia, un tiempo en el que en dos pasos se recorría el mundo judicial de los casos penales en Barcelona, una Barcelona que vivía de la ilusión colectiva de las Olimpiadas, de sus preparativos y de sus resacas.
En ese tiempo era menos importante lo que pensaba el que tenías al lado o en frente, en ese tiempo muchos pactos se cerraban en la barra del bar Castellano, casi todos nos conocíamos, los polis eran perros viejos que jugaban al límite, las caras de los jueces, los abogados y los fiscales se repetían.
En ese tiempo entre los que vivimos el mundo judicial estaban también grandes cronistas de Tribunales, periodistas de raza que contrastaban versiones, que compartían fotocopias, hablaban con todos incluso con los presuntos delincuentes e investigaban entre diferentes fuentes, que siempre se han respetado.
Hubo y afortunadamente sigue habiendo algunos magníficos informadores y entre ellos un perfecto caballero, todo un Señor precursor con estilo propio de la moda casual que acostumbraba a llevar en la solapa una enigmática insignia de un pingüino cuya historia pocos conocíamos, me refiero a Santi Tarín, no solo un gran periodista si no además un magnífico escritor y un excepcional conocedor de nuestra ciudad.
Todos, estuviésemos en el puesto que estuviésemos o llevásemos la toga que llevásemos, confiábamos en él, no solo por su profesionalidad sino porque además ha sabido combinar la amistad, el rigor y la educación.
Nunca en sus crónicas una palabra de más ni una de menos. Si hubiese sido americano cuando escribió sobre el 11M le hubiesen dado el Pullitzer, siempre bebió de las mejores fuentes, siempre crónicas bien escritas y documentadas y como siempre todos los que estábamos en el ajo leímos a Santi Tarín.
Pasaron los años y pese a los cambios don Santiago Tarín para los amigos Santi sigue siendo un referente. Ahora Santi, solo en esa faceta pasa a lo que en términos policiales se llamaría segunda actividad.
Seguro que seguirá escribiendo por el bien de todos, ahí quedan sus artículos, crónicas y reportajes, también como ejemplo para futuras generaciones de periodistas.
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