"Carrera espacial"

La “nasa catalana” lanzará un segundo satélite este año pese a los dudosos resultados de Enxaneta

La Generalitat ha tenido serios problemas para justificar que un nanosatélite apenas recoja datos de temperatura y humedad

La “nasa catalana” cumple casi dos años de existencia con la firme intención de lanzar, tras Enxaneta, un segundo nanosatélite al espacio en otoño de este año. Por ello, sus responsables, con el conseller de Políticas Digitales, Jordi Puigneró, a la cabeza, han hecho balance esta mañana de esta particular carrera espacial. “Nadie hubiese pensado hace unos años que estaríamos en esta carrera espacial con los nanosatélites”, ha presumido Puigneró. No obstante, los responsables de la “nasa catalana” han tenido serios problemas para explicar de qué ha servido su lanzamiento y si los datos recogidos distan mucho de aquellos que se pueden recoger a pie de campo.

No en vano, el nacimiento de la “nasa catalana” no ha estado exento de polémica. Su intención original de utilizar el aeropuerto de Alguaire (Lleida) tuvo que ser desestimado para esquivar la normativa de la Agencia Europea del Espacio, de la que sólo los países europeos son miembros. Así que el Govern tuvo que optar por Kazajistán para el lanzamiento de “Enxaneta”. El presupuesto de la “nasa catalana” también ha generado muchas dudas por las dificultades de justificar los 18 millones para los próximos cuatro años. El lanzamiento de Enxaneta, a la sazón, fue de 574.750 euros.

Datos sobre humedad y temperatura

Esta mañana, sin ir más lejos, los responsables del satélite han tenido serias dificultades para explicar de qué ha servido el nanosatélite. Ya que básicamente se ha dedicado a recoger datos sobre humedad y temperatura de los sensores ubicados en los viñedos de Tremp (Lleida).

El nuevo nanosatélite, el doble de grande que Enxaneta y, por tanto con un coste superior, estará equipado con sensores “para analizar la lucha contra el cambio climático”, pero el propio conseller ha tenido que reconocer que no sabe muy bien de qué se trataba.

Lo cierto es que pese a los esfuerzos comunicativos de la Generalitat cuesta entender qué datos recogen los nanosatélites que no puedan recogerse a pie de campo. Al fin y al cabo, la conselleria despacha el asunto en sus comunicados oficiales con un “puede controlarse el nivel de caudal de los ríos, las reservas de agua en los pantanos, movimientos de suelo, control de ganaderías, etcétera”.

Incluso a la pregunta de si alguna empresa se ha interesado por los datos de Enxaneta o por lo apolítica espacial en general de la Generalitat, los responsables han preferido los cerros de Úbeda que los viñedos de Tremp.

Mención aparte merece la capacidad de enviar datos de Exaneta ya que pasa por la península un par de veces al día y sus envíos, en el mejor de los casos, es de 48 bytes por pasada. El segundo satélite de la Generalitat, en cualquier caso, volverá a recurrir a las instalaciones de Kazajistán.