Cataluña

Aragonès pide a Pedro Sánchez la vuelta de Puigdemont y un referéndum

El president exige una solución al “conflicto catalán” y apela a activar todos los “mecanismos” de presión contra el Estado

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en su conferencia con motivo del aniversario de las elecciones del 14 de febrero.
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en su conferencia con motivo del aniversario de las elecciones del 14 de febrero.DAVID ZORRAKINO - EUROPA PRESSDAVID ZORRAKINO - EUROPA PRESS

A Pere Aragonès le gusta de vez en cuando ofrecer una conferencia para explicarse: hacer balance de lo caminado y dibujar los contornos del futuro. Sin embargo, casi nunca para anunciar nada importante, más allá de repetir su proyecto de “transformación” para Cataluña y de insistir en la mesa de diálogo con el Gobierno como vía prioritaria para resolver la crisis política catalana. En un discurso expresado este lunes con motivo del aniversario de las elecciones del 14 de febrero que le dieron la presidencia de la Generalitat, ha querido dirigir un mensaje directo a Pedro Sánchez, reclamándole una propuesta para Cataluña, que pase por el regreso de Carles Puigdemont y el resto de “exiliados” y por encontrar una “solución democrática al conflicto”: es decir, un referéndum para que los catalanes puedan decidir su futuro.

“Debemos forzar al Gobierno a moverse y que comience a hablar de propuesta que afronten realmente la raíz del problema”, ha señalado Aragonès en un discurso pronunciado en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), rodeado de unas 400 personas, entre quienes estaba Salvador Illa. Aragonès ha lanzado mensajes dirigidos tanto al Gobierno, como a sus compañeros de viaje: sus socios de JxCat y CUP. A Sánchez le ha avisado que si no afronta el “conflicto catalán”, acabará allanando el camino a un Gobierno de PP y Vox, amenazando con retirar el respaldo de Esquerra al ejecutivo nacional y dinamitarlo todo.

“Si en la próxima legislatura española hay un gobierno de PP y Vox no será por culpa el independentismo. Será por culpa de la poca valentía del actual Gobierno de afrontar las grandes cuestiones que restan pendientes por resolver, entre ellas el conflicto político con Cataluña”, ha afirmado Aragonès, que ha reclamado que el Gobierno afronte una “reforma democrática” que incluya el reconocimiento de la “plurinacionalidad del Estado” y, por tanto, de la “existencia del derecho a decidir”. Y ha criticado que continúe dilatando la mesa de diálogo de forma “reiterada por intereses de partido”, lo que, a su juicio, solo consigue dar “argumentos” a los que desean que el proceso de negociación “descarrile y fracase”, en una referencia velada a JxCat.

El president ha señalado que se puede discutir el “cuándo” y el “cómo”, pero no pueden aceptar que “nunca” habrá una vía democrática para que los catalanes decidan su futuro. Si no llega a buen puerto la negociación, ha señalado que no se van a quedar de “brazos cruzados”. No obstante, no ha querido concretar qué harán, tal y como le reclaman tanto la CUP (un referéndum) como JxCat (materializar la independencia). “Por eso hay que activar todos los mecanismos para desbloquear la negociación. Para reforzar la posición catalana en la propia negociación, para forzar al Estado a moverse y a hacer una propuesta”, ha resumido, sin aclarar cuál es el plan B que plantea.

Lo cierto es que esta conferencia llegaba tras una ronda de contactos de Aragonès con los principales actores independentistas (JxCat, ERC, CUP, ANC y Ómnium), pero tampoco ha sido capaz de hilvanar una propuesta concreta tras las citas, más allá de seguir tirando la pelota hacia delante. Las distancias son siderales entre todos y el president se mantiene firme en la apuesta por el diálogo, sin dar margen a ninguna alternativa para acelerar la independencia. “Hace falta mostrar de nuevo toda nuestra fuerza. Toda nuestra cohesión. Toda nuestra unidad de acción”, ha apelado, en un mensaje muy repetido durante todo el discurso.

Asimismo, el discurso también llega justo 24 horas después de las elecciones de Castilla y León y que dan ya libertad a Sánchez para proseguir con su agenda en Cataluña. Habrá que ver qué grado de compromiso tiene el presidente a partir de ahora con la mesa de diálogo, después de que haya ya cedido con los indultos para liberar a los presos independentistas (lo que le ha permitido desinflamar la crisis) y haya aprobado ya las principales iniciativas legislativas que tenía pendientes, como los presupuestos de 2022 o la reforma laboral.

Aragonès ha anunciado, como novedad, que iniciará un diálogo con el conjunto de instituciones catalanas y con los principales actores políticos, económicos, sociales, cívicos y culturales para compartir “impresiones” para que se traduzcan los consensos “en acciones políticas concretas”, aunque ha evitado especificar quiénes serían. “Para decidir cómo queremos que sea la Cataluña del futuro”, ha dicho. Y es que Aragonès ha querido ser muy cauto y apelar continuamente al consenso antes de elaborar una propuesta concreta.

En JxCat, muy críticos, recuerdan que Artur Mas presentó en 2014 un plan para materializar la independencia en 18 meses y Carles Puigdemont anunció el órdago del “referéndum o referéndum” en 2016, mientras Aragonès insiste en la mesa de diálogo “sine die”.