
Cataluña
JxCat convoca un Congreso entre temores a una crisis interna por el relevo en la dirección
Jordi Sánchez, actual secretario general, da un paso al lado como “número dos” del partido, pero pide una candidatura única para el cónclave

JxCat ha convocado su primer Congreso ordinario tras la fundación del partido en julio de 2020 y se antoja bastante intenso si no lo remedia un gran acuerdo entre las distintas almas del partido. El cónclave no tiene fecha concreta, aunque sí se sabe que se celebrará durante la primera quincena de junio en la parte catalanoparlante de Francia (en los alrededores de Perpiñán) para que pueda estar presente Carles Puigdemont y renovará su dirección tras el paso al lado que da el actual secretario general, Jordi Sánchez. El temor que sobrevuela en el partido es que la convocatoria del Congreso pueda acentuar el choque entre familias y, para evitarlo, Sánchez ha querido un mensaje bastante claro este sábado: ha pedido una candidatura única para relevar a la actual dirección.
Sánchez ha pedido “generosidad” para que se pueda dar esta candidatura única y ha advertido, en este sentido, de que los adversarios (en un mensaje velado dirigido principalmente a ERC) están esperando que el Congreso sea “ruidoso”. “Trabajaremos para que haya una única candidatura para el Congreso, que dé respuesta a la pluralidad y riqueza del partido y lo que representamos”, ha señalado. “No me da miedo la pluralidad y que hayan diferentes candidaturas. El tema es si seremos capaces de ser generosos. Lo que nos pide la gente es que nos entendamos”, ha añadido, en un discurso abierto en el Consell Nacional celebrado en Alcarràs (Lleida).
Los neocovergentes están muy alejados de estar cohesionados y crecen los fantasmas de una crisis interna que se desborde a pocos meses de las elecciones municipales de 2023, una cita imprescindible para JxCat que deben convertirse en la plataforma que impulse al partido, musculándolo territorialmente. La última semana, por ejemplo, se ha visto con la consellera Lourdes Ciuró, que se abrió a acuerdos con el PSC y, de inmediato, fue desautorizada por la dirección, una señal de que las tensiones internas son más que evidentes.
Hay diversas sensibilidades bien diferenciadas que tienen que ir tomando posiciones de cara al Congreso. Por un lado, destaca el sector encabezado por Laura Borràs, nutrido por los independientes y activistas que aterrizaron en política tras el 1-O, como Francesc de Dalmases o Jaume Alonso-Cuevillas. Por otro lado, está el sector encabezado por Jordi Turull, mucho más pragmático y compuesto por dirigentes y cuadros procedentes de la antigua Convergència. Además, también está el ala liderado por Jordi Sánchez y el conseller de Economía, Jaume Giró, que también se caracteriza por el pragmatismo y tratar de dar una imagen de buena gestión en la Generalitat, más allá de caer diariamente en las proclamas independentistas.
Finalmente, está el sector afín a Carles Puigdemont, que están todos bien situados tanto en el partido como en el Govern: ahí aparecen desde Elsa Artadi a Josep Rius pasando por el vicepresident Jordi Puigneró. Si bien, la cuestión está en ver qué termina haciendo Puigdemont, cada vez más desentendido del partido y con ganas de centrarse en el Consell per la República.
Lo cierto es que el paso al lado de Jordi Sánchez ya es de por sí mismo bastante significativo ya que es una figura que había estado muy cuestionada internamente en JxCat. Su visión más pragmática ha chocado con los sectores más radicales y activistas, al que veían blando (ha sido criticado por el acuerdo de investidura con Pere Aragonès y por el pacto por el catalán con ERC, PSC y Podemos, recientemente). Ahora habrá qué ver cuál es su futuro: si sigue los pasos de Jordi Cuixart, que ha dejado la primera línea política o busca algún tipo de recolocación dentro del mismo partido o en las instituciones.
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