Independentismo radical
Alud de críticas por el boicot “miserable” ante las víctimas del 17-A
Sánchez apela a la “convivencia”, el PP se centra en los afectados tras condenar los altercados y Rufián y Colau cargan contra Borràs, cuestionada por la cúpula de Junts
Condena al boicot de una parte del independentismo más radical en el acto homenaje del quinto aniversario de los atentados del 17 de agosto en Barcelona. El PP criticó con fuerza las protestas y pidió centrarse de una vez por todas en las víctimas, Gabriel Rufián (ERC) fue curiosamente de los más duros contra el secesionismo y Pedro Sánchez pasó de puntillas por lo sucedido, apeló a la «convivencia» y se centró en los afectados, igual que otros dirigentes del Gobierno del PSOE y Unidas Podemos.
«Tristemente, el protagonismo en este acto deben tenerlo las víctimas y no puede haber otro protagonismo que no sea ese. Por tanto, todo lo que no sea el 100% del acto dedicado en reconocimiento a las víctimas de aquel fatídico día se estarán haciendo las cosas mal», resumió el coordinador general del PP, Elías Bendodo, centrando el mensaje en los afectados, censurando el comportamiento de los manifestantes y dejando entrever la mala estrategia política con el independentismo. «Es insoportable vivir rodeados de tanto fanatismo», aseguró la portavoz del PP en el Parlament, Lorena Roldán.
Por parte del Gobierno fueron varios los dirigentes que se posicionaron a favor de las víctimas con varios mensajes dirigidos a apelar a la «unión» y a la «reconciliación» y a no dar protagonismo a lo sucedido. Pedro Sánchez mantuvo el papel más institucional y solo se expresó a través de las redes, en un mensaje justo a la hora del inicio del acto en Barcelona y que centró en los afectados. «Continuemos avanzando unidos por la libertad y la convivencia», pidió tras recordar lo sucedido y pedir tener «la mirada puesta en seguir construyendo un futuro de paz». La misma senda siguió la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, visiblemente emocionada en el acto de Barcelona.
Más contundente fue Ciudadanos mediante su vicesecretario general, Edmundo Bal, quien tildó de «fanatismo» el boicot en el homenaje. También Joan Garriga, de Vox, cargó con dureza contra lo sucedido.
Quien no escatimó en reprimendas fue el diputado de ERC en el Congreso Gabriel Rufián, especialmente duro contra Borràs por jalear a los manifestantes y al independentismo radical: «No respetar un minuto de silencio en recuerdo a las víctimas de un atentado es miserable. Y sacar rédito político, despreciable. No en mi nombre». La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, también abandonó la tibieza de los «morados», aseguró que estuvo «absolutamente fuera de lugar», pidió una «reflexión crítica» y apuntó hacia Borràs: «Si hay cargos institucionales que han ido a animar a este tipo de protesta y boicot creo que se retratan por sí solos y no es el comportamiento que se espera de ellos».
Tras jalear al grupo de independentistas radicales que boicotearon el acto oficial, a las 12:00 horas y ante la sede de la Comisión Europea en Barcelona se manifestó otro grupo más numeroso –unas 300 personas– agrupados bajo la «Plataforma 17A, exigimos responsabilidades» y apoyados por el Consell per la República de Carles Puigdemont. Hasta allí también acudió Laura Borràs, quien incluso se fotografió con varios de los asistentes mientras coreaban «asesinos» y «Estado español asesino». El secesionismo radical buscó protagonismo este 17-A y alentó la teoría de la conspiración del Estado señalando al CNI. Eso sí, la actitud de Borràs no gustó a su propio partido, Junts, que se desmarcó de inmediato de lo sucedido.
“Hoy en las Ramblas, en el recuerdo y homenaje a las víctimas del 17 de agosto, no debería haber más protagonismo que el de los familiares de las víctimas. No era el sitio ni para romper el minuto de silencio ni el momento para buscar protagonismos políticos. Lo lamento. Así, ¡no!”, clamó el ex secretario general posconvergente Jordi Sànchez.
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