Documento inédito

El álbum que unió a Primo de Rivera con Lorca y Machado

Un cuaderno inédito recoge materiales manuscritos de algunas de las personalidades españolas de los primeras décadas del siglo XX

La página firmada por José Antonio Primo de Rivera desde la cárcel Modelo de Madrid
La página firmada por José Antonio Primo de Rivera desde la cárcel Modelo de MadridVíctor Fernández

Federico García Lorca y José Antonio Primo de Rivera, tan diferentes el uno del otro, nunca se conocieron. Es más, el poeta evitó y se esforzó siempre en no toparse con un político por quien no sentía una especial simpatía. Sin embargo, lo que no podía imaginar el poeta granadino es que compartiría páginas de un álbum, uno de los más valiosos que existen en la actualidad, con el fundador de Falange cuando este ya estaba en la cárcel.

Eso es lo que encontramos en un álbum insólito, un documento de primer orden que se guarda en la actualidad en manos de un librero de Barcelona. Se trata de un cuaderno en el que se recogen materiales manuscritos de algunos de los nombres más importantes de la historia española, tanto desde un punto de vista político como cultural, entre los años 1922 y 1943. El propietario de este documento, que prefiere quedar en el anonimato, ha permitido que este diario pueda revisar las páginas de un cuaderno recopilado por Margarita Rosales Sanz quien se dedicó con paciencia a seguir a militares, políticos, miembros de la realeza, religiosos y diplomáticos. Igualmente dedicó una especial atención a acercarse a algunos de los nombres más importantes de la literatura de su momento, desde poetas a humoristas, desde dramaturgos a ensayistas. El conjunto sigue impresionando muchas décadas después.

Probablemente uno de los documentos más llamativos es una rúbrica de José Antonio Primo de Rivera en la que el político fascista traza una serie de barrotes, una manera de remarcar que en aquel momento estaba en prisión. El hijo del dictador Miguel Primo de Rivera fecha la hoja en la cárcel Modelo de Madrid el 28 de marzo de 1936. Hacía dos semanas que había sido arrestado por posesión ilícita de armas. Se desconoce cómo Margarita Rosales logró acceder al detenido, pero lo que es seguro es que tenía buenos contactos entre los políticos de derechas, como lo demuestra la presencia en su cuaderno de José Calvo Sotelo, José María Gil Robles, Antonio Goicochea , Raimundo Fernández Cuesta o Rafael Sánchez Mazas. No aparece ningún dirigente de izquierdas.

Página manuscrita de Antonio Machado copiando un poema de su hermano Manuel
Página manuscrita de Antonio Machado copiando un poema de su hermano ManuelVíctor Fernández

En cambio, sí hay un importante número de escritores de izquierda en el álbum. Algunos casos son insólitos, como es el de Antonio Machado. De él se conserva una cuartilla con el manuscrito de un poema titulado «Domine, ut videam». Es la composición que contiene los versos que empiezan «”Mi Vida, mi Verdad y mi Camino…”/ Yo sé bien que eres Tú. Pero te busco/ y ¡en qué mirajes la mirada ofusco,/ o en qué negrura el paso desatino…!». Cuando Rosales Sanz le pidió a Antonio Machado que le aportara algún manuscrito, el autor de «Campos de Castilla» no optó por una de sus composiciones sino por una de su hermano Manuel. Por cierto, Rosales Sanz no accedió directamente al poeta sino que lo hizo mediante un amigo común que se encontraba en Roma. Machado envió su texto a este contacto.

Firma de Federico García Lorca conservada en el cuaderno
Firma de Federico García Lorca conservada en el cuadernoVíctor Fernández

Siguiendo las páginas, encontramos a Federico García Lorca quien se limitó a casi dibujar su firma y fecharla en el Madrid de 1935. Es uno de los momentos más interesantes creativamente en la vida de un poeta que pasaría buena parte de ese año viajando, especialmente a Cataluña para estrenar su obra «Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores». Que la coleccionista accediera al autor de «Romancero gitano» no debió serle difícil si tenemos en cuenta la accesibilidad que siempre demostró el granadino. Seguramente a Lorca le debió gustar la idea de que Margarita Rosales ya hubiera logrado documentos de Jacinto Benavente, Giovanni Papini –quien publicaría años después una entrevista falsa con el autor de «Yerma» en su libro «El cuaderno negro»– o Juan Ramón Jiménez.

De este último podemos encontrar los primeros versos de un poema que el que fuera Premio Nobel fecha en 1936, antes de que decidiera marcharse del Madrid de la guerra, la ciudad de la que huyó cuando empezaron a molestarlo milicianos.

Si seguimos mirando el cuaderno nos topamos también con algunos de los principales protagonistas de la conspiración contra la Segunda República, como los generales Mola o Millán Astray. Llama también la atención que en ese momento bélico, concretamente en 1937, el desterrado rey Alfonso XIII, enviara unas líneas a la coleccionistas desde Roma, la ciudad en la que residía.