28-M
El PP denuncia la «policía» del catalán de Colau contra los comercios
Daniel Sirera carga contra la alcaldesa por «perseguir» rótulos en español en vez ir contra los «okupas»
A pesar de que los votantes de los Comunes estén principalmente en áreas castellanohablantes, Ada Colau se empeña en hacer seguidismo del independentismo más radical con acciones para perseguir al castellano en Barcelona. En este sentido, la alcaldesa ha lanzado un plan con 68 actuaciones por valor de 37 millones de euros para fomentar el uso del catalán y «vincular la identidad barcelonesa con el catalán» . Entre esas actuaciones, aparecen inspecciones a los comercios para garantizar los «derechos lingüísticos de la ciudadanía» (cabe recordar que la Generalitat ha impuesto sanciones económicas por no rotular en catalán) y dar prioridad al catalán en todas las comunicaciones.
Esas medidas han desatado el rechazo del candidato del PP a la alcaldía de Barcelona, Daniel Sirera, quien acusa al Ayuntamiento de Barcelona, liderado por Colau, de haber «creado una policía lingüística para perseguir el uso del castellano». Sirera, en un comunicado emitido ayer, considera, en este sentido, que «los comerciantes de Barcelona, que han sufrido la pandemia y sufren la inflación, necesitan ayudas y libertad, no un gobierno que les persiga y les castigue por utilizar el español».
El candidato del PP a la alcaldía barcelonesa defiende que la capital catalana «es una ciudad abierta y plural, pero lamentablemente -advierte-, tanto Colau (Barcelona en Comú), como Collboni (PSC), como el separatismo, la quieren cerrada y homogénea». Según Daniel Sirera, «Barcelona no puede tener un ayuntamiento que se preocupe más de perseguir rótulos en español que de perseguir okupas», y destaca que su partido defiende «el bilingüismo natural de los barceloneses».
En este sentido, Colau ha decidido lanzar un plan por el catalán al ver cómo está retrocediendo su uso en la sociedad catalana, según indican recurrentemente las encuestas. Este retroceso, precisamente, ha coincidido en el tiempo con los momentos en los que el independentismo e instituciones como la Generalitat más esfuerzos han destinado a fomentar su uso (por ejemplo, con las sanciones a los comercios que no rotulen en catalán) o a politizarlo (apropiándose de la lengua durante el «procés»).
De esta manera, Colau le sigue el juego a un independentismo que le ha situado durante el «procés» en el ojo del huracán durante muchas ocasiones por considerarla blanda. Con estas medidas, trata de congraciarse con el electorado separatista a pocos meses de las elecciones municipales, donde aspira a ser reelegida, pero lo tiene muy complicado porque las encuestas dan ventaja al candidato del PSC, Jaume Collboni. Con maniobras como la del catalán, busca captar votantes que se estén debatiendo entre su partido y ERC, ya que ambas formaciones tienen voto fronterizo.
En ese rumbo hacia la campaña electoral, Colau ha protagonizado este sábado un acto con la vicepresidenta Yolanda Díaz. A pesar de que ambas tienen una relación de conveniencia (no es una relación estrecha), han buscado una foto conjunta y han tratado de unir fuerzas en política de vivienda. Colau ha agradecido la presión que ha ejercido Díaz para contener los precios del alquiler, algo que beneficia a una ciudad tan tensionada como Barcelona, y la ha empujado a hacer todo lo que esté en su mano para que se aprueba la ley de vivienda que está paralizada en el Congreso (también podría regular los precios y aumentar el parque público habitacional). También a nivel partidista, Colau ha afirmado que el proyecto de Sumar de la vicepresidenta segunda del Gobierno está ayudando «a conquistar el derecho a soñar» y le animó a proseguir con su hoja de ruta.
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