7.000 cremaciones anuales
El cementerio de animales de Barcelona
El coste de la incineración será de unos 200 euros, 250 si además se desea un columbario o depositar las cenizas
Como si de la conocida novela de Stephen King se tratarse, a finales del año 2024, Barcelona contará con un cementerio municipal de animales de compañía que ofrecerá servicios de cremación e inhumación. Inicialmente ubicado en Collserola, el proyecto se extenderá a otros cementerios y será el primer servicio de estas características en España.
Un estudio de viabilidad del servicio revela que existe una "demanda no satisfecha" entre los propietarios de animales de compañía en la ciudad, especialmente de perros, gatos y hurones. El coste de la incineración será de unos 200 euros, y si los propietarios desean un columbario o un lugar específico en el cementerio para las cenizas, deberán pagar otros 50 euros. También se podrá optar por una incineración colectiva a un costo reducido. Se espera que el servicio tenga una capacidad de 7.000 cremaciones anuales durante los primeros años de funcionamiento y será gestionado por Cementerios de Barcelona. Además, se podrá alquilar una sala para realizar una despedida al animal. Se están iniciando los trámites para llevar a cabo este servicio que acompañará a los propietarios en todo el proceso, desde la muerte del animal hasta la cremación y la entrega de cenizas si se solicita. El Ayuntamiento busca ofrecer un servicio público que respete la dignidad del animal y el duelo de los propietarios y sus familias.
El proyecto tendrá una inversión de 1,1 millones de euros. Cementiris de Barcelona ha realizado un estudio de viabilidad que "ha corroborado que existe una demanda no satisfecha", ya que -en datos del Ayuntamiento- hay unos 180.000 perros en la ciudad y casi la mitad de las familias tienen animal de compañía. El servicio vehiculará la defunción de animales de compañía a través de un sistema integral desde la muerte hasta su destino final, con el objetivo de pasar "de un modelo meramente funcional a un modelo emocional bajo criterios de gestión pública". Una vez se haya incinerado al animal, sus responsables podrán quedarse con las cenizas o dispositarlas en el cementerio de cenizas para animales de compañía, y estas familias también podrán tener un espacio para "ofrecer una despedida emocional" al animal.
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