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Memoria histórica

Cuando Albert Camus escribió sobre Lorca y Companys

Sale a la venta el original del texto que el autor francés dedicó a la Guerra Civil española

Albert Camus LR

Albert Camus es un ejemplo de escritor comprometido, algo que se traduce en su defensa de las libertades en España cuando la dictadura franquista gobernaba férreamente el país. Buena prueba de ello es que tras recibir el Premio Nobel de Literatura, se reunió en París con un grupo de exiliados. Era el 22 de enero de 1958 y a ellos les dijo que "yo no os abandonaré jamás y siempre seré fiel a vuestra causa". Quien se definía como un "escritor de combate" no quería olvidar que "somos parte de la misma sangre y tengo hacia vuestra patria, su literatura, su pueblo y su tradición una deuda que no se extinguirá jamás".

Pero este compromiso político y social venía de lejos. Una buena prueba de ello es un importantísimo documento que en estos días sale a subasta, en Boston y que demuestra su condena al franquismo. Se trata de un mecanoscrito con correcciones a mano en francés por Albert Camus, sin firmar, cinco páginas, redactado el 14 de febrero de 1946. Es el prólogo para el libro “L’Espagne Libre”, una colección de ensayos y testimonios sobre la Guerra Civil Española publicada por el sello Actualité de Calmann-Lévy. En ella se reunían textos de autores tan diferentes como Jean Cassou, Federico García Lorca, W. H. Auden y Ernest Hemingway. Camus aportaba una reflexión sobre la Guerra Civil Española, un conflicto que le tocó personalmente debido a los orígenes de su madre.

"Hace ya nueve años que los hombres de mi generación llevan a España en el corazón. Nueve años que la arrastran consigo como una herida maligna. Fue en España donde los hombres aprendieron que se puede tener razón y, sin embargo, ser vencidos; que la fuerza puede doblegar al espíritu; que hay momentos en que el coraje no encuentra su recompensa. Esto es, sin duda, lo que explica por qué tantos hombres, en todo el mundo, ven el drama español como una tragedia personal", escribe el autor de "La peste".

Camus recuerda como muchos hombre y mujeres de su generación se identificaron con aquellos que lucharon contra el fascismo, antesala de lo que después fue la Segunda Guerra Mundial, en la que el escritor tuvo un papel activo como resistente ante el nazismo. Camus hace balance, tras el final de la contienda europea en 1945, y reconoce que "la crueldad de aquella lucha nos parece casi natural después de cinco años de violencia indescriptible. Pero aún se ve lo que perdura: la pasión de un pueblo y el espectáculo de una injusticia nunca reparada. Las hostilidades se han suspendido, la oscuridad de la dictadura se ha disipado, y así seguimos llevando a España en nuestros pensamientos".

Albert Camus no quería dejar de lado algunos de los crímenes de quienes se levantaron en armas contra la República, como las muertes de Federico García Lorca y Lluís Companys o el exilio de Antonio Machado: "La muerte de Lorca estaba en el orden de las cosas, en el orden sucio en el que hemos vivido desde entonces. Y el fusilamiento en Granada puso en alerta a los hombres de que habían entrado en tiempos serios, es decir, tiempos en que los poetas podían ser fusilados por aquellos a quienes su existencia contradecía. Al menos algunos de nosotros lo vimos así y nos preparamos en lugar de quejarnos. Pero hay que creer que no estábamos aún lo suficientemente preparados. Porque aún faltaba ir más lejos, hacer nuestra parte de asesinatos, y ver morir a Antonio Machado al salir de un campo de concentración democrático. Unos años después, Companys fue liberado por un mariscal francés para ser ejecutado a sus anchas. ¿Cómo podremos olvidar? Todo esto ha teñido de rojo y negro un rostro, el de España, que ya llevamos dentro pero que ya no podemos sanar".