Cumpleaños musical
El sello que ha llevado lo mejor del jazz de Barcelona al mundo
Un acto en la sala Jamboree sirvió para celebrar los cuarenta años del mítico sello Fresh Sound Records
La sala número 3 del Jamboree fue ayer el escenario de la constatación de que vivimos en una ciudad, es decir, Barcelona, de donde ha salido parte del mejor jazz que podemos escuchar en la actualidad. Eso es algo que viene haciendo desde hace cuatro décadas una discográfica llamada Fresh Sound Records, así como otro sello que responde al nombre de Fresh Sound New Talent. Eso es lo que ha logrado con no poco esfuerzo a lo largo de estos años Jordi Pujol Baulenas, alguien que ha recuperado algunos de los mejores sonidos del jazz de los años cincuenta o los nuevos talentos de estos sonidos.
Ayer, el Jamboree se quedó pequeño para rememorar los que ha sido Fresh Sound Records. Junto a este promotor musical estuvieron arropándolo algunos de los intérpretes que han grabado en el sello, así como periodistas especializados.
Pujol Baulenas empezó recordando que «en casa de mi padre siempre ha habido discos», citando nombres tan míticos como los de Count Basie o Glenn Miller, entre otros. Fue así como «me aficioné a tocar la trompeta, aunque eso es algo que hacía como aficionado». Pero lo de tocar la trompeta tuvo que dejarlo cuando, como dibujante, se marchó a Lyon. Eso sí, en el tiempo en el que estuvo fuera, «pedía a mis jefes que me dieran una hora o una hora y media para poder ir a las tiendas de discos». De esta manera empezó a construir una imponente colección con joyas como «A Caddy For Daddy», el clásico del saxofonista Hank Mobley. El empresario recordó que pagó por él 230 pesetas. Todo eso le hizo «hacer descubrimientos constantemente». Uno de ellos fue un disco titulado «I Had the Craziest Dream» de Dave Pell Octet. «Ese disco me cambió la vida. Me gustaban sobre todo los arreglos que tenía», rememoró en ese diálogo de ayer en el Jamboree.
Fresh Sound Records inició su andadura, a partir de 1983, recuperando los viejos vinilos de jazz que permanecían dormidos en los catálogos de discográficas como RCA, Columbia, MCA y EMI Records. A esto se le sumó la producción propia, ya fuera en Barcelona o Los Ángeles. Precisamente hacia esta ciudad estadounidense se marchó Jordi Pujol Baulenas «sin saber ni una palabra de inglés en el verano de 1984. Yo quería grabar con los supervivientes de Dave Pell Octet». Todo ello, además, ya que se grababa en Hollywood, subido en el mismo coche que usaba Steve McQueen en la mítica película «Bullit», además de surgir una gran amistad con el músico Dave Pell.
Pujol Baulenas también viajó a Cuba a la búsqueda de lo mejor de la música surgida en la isla, algo que constató en Palladium Records. Fue allí donde celebró a figuras legendarias como Tito Puente, Roberto Faz, Bebo Valdés, Machito o Celia Cruz, entre muchos otros.
A lo largo de estos cuarenta años, tal y como reconoció el homenajeado, en la discográfica «he intentado que grabaran todos aquellos que me gustan». El listado es impresionante y en él podemos encontrar a músicos de la talla de Bud Shank, Bob Cooper & Lou Levy, Bill Perkins, Claude Williamson, Herb Geller, Conte Candoli, Pete Jolly, Frank Strazzeri, Jan Lundgren, Jerome Richardson, Charlie Mariano, Mundell Lowe o Tete Montoliu.
Algunos de los que han grabado en Fresh Sound Records o Fresh Sound New Talent también hablaron para recordar lo que ha sido su participación en el sello. Fue el caso del pianista Lluís Vidal quien no olvidó la docena de discos que ha grabado esta compañía. «Tenía material para piano solo o para trío. Se lo llevé [a Pujol Baulenas] y me dijo que quería hacer alguna cosa con músicos de aquí y nuevos», dijo sobre el inicio de su colaboración. Lo mismo dijo la cantante Carme Canela quien explicó que Jordi Pujol Baualenas «siempre nos ha dejado existir y que vayamos haciendo nuestro trabajo».
La persona que ha situado a Barcelona en el mapa del jazz es autor de una monumental monografía titulada «Jazz en Barcelona 1920-1965», un libro que recorre la historia en la capital catalana desde la primera jazz-band que actuó en el Principal Palace en 1920 hasta las actuaciones en el Jamboree en 1965. Ayer alguien reclamó que continuará ese ensayo con otra entrega. Mientras lo piensa, Pujol Baulenas puede soplar las cuarenta velas. Felicidades.
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