Bienestar

El ejercicio mejora los síntomas depresivos

Según ha puesto de manifiesto un metaanálisis del Hospital del Mar, la actividad física, pautada, supervisada y practicada en grupo maximiza los buenos resultados en lo relativo al funcionamiento de las personas que sufren síntomas depresivos

Si padeces depresión, el deporte y ejercicio serán tus grandes aliados
La práctica de actividad física contribuye a mejorar los síntomas de la depresión larazon

Existe evidencia acerca de los beneficios que la práctica deportiva y el ejercicio físico tienen en la salud mental y el bienestar emocional y, en este contexto, ahora, un metaánalisis liderado por profesionales del Instituto de Salud Mental y el Servicio de Medicina Física y Rehabilitación del Hospital del Mar va un más paso más allá al poner de manifiesto que dicho ejercicio puede ayudar a las personas con síntomas depresivos a mejorar, sobre todo si éste se realiza bajo la supervisión de expertos y con un programa individualizado.

El trabajo, en el marco del cual se han analizado los resultados de una quincena de estudios en los que han participado más de dos mil personas, pone el foco en el funcionamiento del paciente y en cómo éste es capaz de volver a funcionar como lo hacía antes de la aparición de los síntomas depresivos en ámbitos como el laboral o académico, el social, el familiar o el cognitivo, entre otros.

Y los resultados de este metaánalisis, que se han publicado en el Journal of Affectiv Disorders, ponen de manifiesto que "la inclusión del ejercicio físico en el tratamiento de los síntomas depresivos es útil, puesto que mejora el funcionamiento de aquellos pacientes con una clínica depresiva leve o moderada, aunque parece que en cuadros más graves no es una buena opción terapéutica", explica el doctor Francesc Colom, psicólogo clínico del Hospital del Mar y coordinador del Grupo de Investigación en Salud Mental de su centro de investigación, quien al respecto aclara que "en este trabajo no se ha analizado únicamente a personas con depresión como diagnóstico principal, sino también a personas con otras enfermedades y, además, síntomas depresivos, en las que la depresión no es el diagnóstico primario".

Una pauta personalizada, supervisada y en grupo

Sin embargo, según se desprende de esta investigación, para que la actividad física se traduzca en una mejora significativa para el paciente con síntomas depresivos "no vale cualquier tipo de ejercicio, sino que debe tratarse de una intervención prescrita por una profesional, teniendo en cuenta las capacidades y limitaciones de la persona, así como otros factores tales somo la edad, el peso, patologías concomitantes...", aclara Colom. Es decir que "la práctica de ejercicio no es una recomendación genérica y además, para conseguir mejorar sus resultados, ésta debe realizarse con guía de un profesional y junto a otras personas, en grupo", añade el doctor.

Al respecto, el psicólogo indica que "se ha visto que cuando estas personas han de realizar actividad física y seguir los ejercicios pautados a solas, por su cuenta, baja su motivación y, en consecuencia, la adherencia, por eso es tan importante la figura del profesional en rehabilitación, fisioterapia o ejercicio físico, que además explica al paciente la técnica para realizar adecuadamente esta práctica, así como el grupo, con el que se establece un compromiso".

En esta línea, en el Hospital del Mar ya hay en marcha un programa, IDEA (Impacto en Depresión del Ejercicio Físico y Activación), que se basa en ese asociación entre actividad física y síntomas depresivos, en el que un equipo de medicina física y rehabilitación colabora con los profesionales de salud mental para mejorar el funcionamiento de los pacientes. "Se trata de trabajar de forma integrada", señala Colom, quien, en esta línea, hace hincapié en que en ningún caso, el ejercicio físico pautado, supervisado por un profesional y practicado en grupo debe considerarse como una monoterapia. "Ha de plantearse como una terapia añadida a la psicoterapia, a la farmacoterapia o a ambas".

En definitiva, la práctica de ejercicio físico, al menos tres veces por semana y durante 45 minutos cada vez, no solo mejora la sintomatología de la depresión, sino también el funcionamiento de la persona, puesto que esa actividad provoca cambios bioquímicos, como la secreción de endorfinas, de encefalinas u opiáceos endógenos, entre otros, que actuarían como antidepresivos naturales y genera en el individuo la sensación de que tiene el control de sus síntomas, lo cual le refuerza. Y esos buenos resultados se maximizan si el ejercicio se hace bajo la supervisión de un profesional y en un contexto grupal.