Cataluña
ERC sondea la abstención de Junts para aprobar los Presupuestos
En la Generalitat temen que los comunes «no rectifiquen» y están decididos a explorar el entendimiento con los posconvergentes, que exigirán cambios en las cuentas
El acuerdo presupuestario alcanzado entre el Govern y el PSC, presentado ayer ante la Mesa del Parlament por la consejera de Economía, Natàlia Mas, requiere de 68 votos favorables para poder salir adelante en la primera votación, que se llevará a cabo el 9 de abril. Los escaños que suman socialistas y republicanos son 66, mientras que el resto de formaciones políticas de uno y otro signo han manifestado su categórico rechazo. También los comunes, socios preferentes del ejecutivo, que exigen que se desestime por completo el Hard Rock para replantear el sentido de su voto. Rechazar este macroproyecto -que no se contempla en las cuentas de 2024 pero que el Govern se ha comprometido a ejecutar a través de las de 2023- no entra en los planes del ejecutivo de Pere Aragonès. «No se atreven a decir que no al PSC», apunta la líder de la formación morada, Jéssica Albiach. Si los herederos de Podemos cumplen su palabra -la contundencia de las declaraciones de sus dirigentes así invita a creerlo- ERC deberá buscar una nueva fórmula para sacar adelante las cuentas. Y en ello están, pues los contactos con Junts se retomarán esta misma semana.
Los posconvergentes, ajenos al acuerdo con el PSC, expusieron al Govern unos días atrás un documento con 100 medidas que solicitaban incluir en las cuentas para apoyarlas. Según expresó ayer en rueda de prensa la portavoz de Junts, Mònica Sales, el ejecutivo se comprometió a responder «una a una» las propuestas de quien fuera su socio de Govern. Se trajo a colación, en dicho texto, la supresión del impuesto de sucesiones como una exigencia para el acuerdo. Una medida que ERC no está dispuesta a aceptar. En Junts, por el momento, se limitan a esperar la respuesta del ejecutivo, que desvinculan de «cualquier otra negociación con los demás grupos».
La estrategia de la Generalitat, por el momento, es clara, y así lo volvió a manifestar la consejera de Economía en rueda de prensa tras presentar las cuentas. «No es legítimo bloquear el aumento de recursos que suponen estos Presupuestos», declaró Mas. La presión a los comunes está siendo contundente. «Creo que no se pueden permitir no apoyar las cuentas», prosiguió la representante del Govern. En público, el ejecutivo pretende responsabilizar a la formación morada de un eventual rechazo del pleno del Parlament a los Presupuestos. En privado, apuntan a Junts.
Con la coyuntura actual de rechazo generalizado al acuerdo entre PSC y Govern -al que se sumó la CUP, que ve «prácticamente imposible» mostrar su apoyo-, en la Generalitat se empieza a asumir que los Presupuestos podrían no tener más remedio que aprobarse en segunda votación, donde únicamente sería necesario obtener más votos favorables que votos en contra. Es decir, con una abstención tanto de los comunes como de Junts valdría.
El portavoz de En Comú, Joan Mena, también rechazó esta vía si el Plan Director Urbanístico del Hard Rock no se desestima «para siempre». En Junts, por contra, no desagrada la incertidumbre que puede generar un escenario donde únicamente fuera posible aprobar las cuentas a través de su partido. Pueden renunciar a suprimir el impuesto de sucesiones si ERC incluye otras de sus medidas en las cuentas catalanas, y varias de ellas pueden ser del agrado también de la formación socialista. Está por ver. Sea como fuere, el sentir en el Palau de la Generalitat es que ha costado mucho alcanzar un pacto con el PSC y no están dispuestos a dejar pasar la oportunidad de que Cataluña tenga nuevos Presupuestos. «Pueden ser las últimas cuentas expansivas», apuntan, en relación al vencimiento de la cláusula pandémica que así lo regula. «Son unos Presupuestos de país, para todos los ciudadanos»
✕
Accede a tu cuenta para comentar