Dia Nacional de la Nutrición

Un programa diseñado por Sant Joan de Déu mejora el peso y la alimentación de la población infantil

Nutriplato es una intervención reglada, prolongada en el tiempo y en la que la familia juega un papel clave. Gracias a la misma, se logra una mayor adherencia de los niños a la dieta mediterránea y la mejora del Índice de Masa Corporal entre aquellos con sobrepeso y obesidad

Obesidad infantil.
Uno de cada tres niños de entre 2 y 17 años sufre obesidad o sobrepesoDreamstime

La obesidad entre la población infantil es un problema de salud grave, que además es cada vez más frecuente. De hecho, en 2019, un 23% de los niños y niñas de 6 a 9 años sufría sobrepeso, es decir, uno de cada cuatro, y un 17% tenía obesidad, lo que se corresponde a una proporción de uno de cada cinco. La pandemia contribuyó modificar algo la situación y el año pasado uno de cada 3 niños de entre 2 y 17 presentaba sobrepeso u obesidad.

Estos datos resultan alarmantes por cuanto esta condición se asocia a la larga con una importante morbilidad y además se ha comprobado que la obesidad es difícil de revertir. "Se ha visto que las acciones puntuales para combatir la obesidad no son eficaces", destacó Javier Martín de Carpi, jefe del Servicio de Gastroenterología del Hospital Sant Joan de Déu, quien al respecto indicó que "es necesaria una estrategia para prevenir el sobrepeso y la obesidad que se base en una abordaje global sobre diferentes hábitos, no solo personales, sino familiares". Al respecto, el doctor recordó que "según demuestran los últimos estudios, hay más niños obesos en familias con un nivel sociocultural bajo y también es mucho más frecuente en familias con algún miembro adulto con sobrepeso y obesidad, por lo que está claro que es necesaria una intervención familiar, global, y prolongada en el tiempo, que capacite y eduque a las familias en lo relativo a la alimentación" para lograr resultados.

Nutriplato, el eje central del programa

En este contexto, Nestlé y el hospital Sant Joan de Déu diseñaron un programa de intervención nutricional orientado a combatir el sobrepeso y la obesidad entre los niños de 3 a 12 años que consiste en fomentar el uso de Nutriplato, una herramienta inspirada en el Plato de Harvard y adaptada a la dieta mediterránea. Concretamente, es un plato de tamaño real, con colores e imágenes, en el que se indican las proporciones adecuadas de los grupos de alimentos que deberían estar presentes en la comida y en el cena: la mitad de dicho plato serían verduras y hortalizas, las fuentes de proteínas animales y vegetales representarían un cuarto y los cereales integrales y tubérculos, otro cuarto. A esta dieta habría que sumar tres piezas de fruta diarias y aceite de oliva virgen o virgen extra.

Además, el programa, con una duración de un año con posibilidad de alargar la intervención seis meses más, incluya entre 3 y 5 visitas presenciales de seguimiento, en las que los profesionales recogieron datos antropométricos, de composición corporal y de hábitos alimentarios de los participante en el mismo, así como, en el marco de estas visitas, se hizo educación nutricional con el Nutriplato y su correspondiente guía. El programa también contemplaba controles telefónicos y un taller práctico.

Una iniciativa eficaz

Y según los resultados presentados por los responsables de la implementación del programa, para el que fueron reclutados 1018 niños y niñas de 3 a 12 años, de los cuales el 31% presentaba sobrepeso u obesidad, tras 12 meses de seguimiento aquellos participantes que presentaban una adherencia a la dieta mediterránea óptima pasaron de representar el 33,9% al 53,4%,

Concretamente, en lo relativo a la ingesta de dos raciones al día de verdura, se logró incrementar el porcentaje de niños que la hacían de forma regular del 32% al 52,7%, En cuanto a la fruta diaria, si al principio de la puesta en marcha de esta intervención, solo el 27,3% de los participantes tomaba dos piezas al día y el 5,9%, tres, al año ya eran el 35,3% y el 6,5%, respectivamente. Además, también se evidenció un aumento del consumo de frutos secos (del 29,3% al 41,2%), legumbres (del 63,4% al 71,1%), cereales integrales (del 19,5% al 32,2%), así como de aceite de oliva virgen o virgen extra. En cuanto al pescado, al año de la puesta en marcha del programa, el 76,9% lo tomaba entre dos y tres veces a la semana, por el 70,3% del inicio.

Estos datos ponen de manifiesto una mejor adherencia a la dieta mediterránea, que además fue acompañada de una disminución del consumo de otros alimentos de peor calidad como la bollería industrial o las galletas durante el desayuno, que cayó del 31,5% al 20%, los embutidos grasos tres o más veces a la semana (del 37,8% al 22,7%) y de las bebidas azucaradas 4 o más veces a la semana (del 15,8% a 8,3%). Sin embargo, cabe señalar que esa adherencia fue mayor entre los niños menores de 9 años respecto a los de mayor edad, lo cual pone de relieve que es clave fomentar unos buenos hábitos alimentarios en edades tempranas.

Todo ello, además, se tradujo en una mejora del Índice de Masa Corporal (IMC) entre los 696 participantes que llegaron al final del programa. En este sentido, destacar que un 10,1% lograron optimizarlo, un 80% se mantuvo y un 5,6% pasó de normopeso a sobrepeso u obesidad. "De los 696 que completaron el seguimiento, 193 presentaban sobrepeso u obesidad al inicio y de éstos, un 43,5% logro mejorar su IMC y, tal y como reflejó el estudio de composición corporal, disminuyeron la masa grasa y aumentaron la masa musculoesquelética en relación con su altura", según explicó Dámaris Martínez, dietista-nutricionista del Sant Joan de Déu

En definitiva, el posterior estudio de los resultados asociados a la implementación del programa Nutriplato ponen de manifiesto que éste "es efectivo en la mejora de los hábitos alimentarios en niños y niñas de 3 a 12 años, aumenta la adherencia a la dieta mediterránea en esta población y promueve la mejora de la composición corporal en aquellos participantes con sobrepeso u obesidad que optimizan el IMC", resumió Martínez. Y, tal y como señaló Javier Martín de Carpi, el secreto principal de los buenos resultados de esta estrategia para prevenir la obesidad y mejorar los hábitos dietéticos es es que "es un programa que se basa en una intervención familiar, guiada por especialistas y mantenida en el tiempo".