Temporada de playas
Reabre la playa de la Nova Mar Bella de Barcelona tras las obras por los temporales
Se ha reconstruido el muro del paseo y se han añadido un total de 26.000 metros cúbicos de arena
Las playas de Barcelona pierden 30.000 metros cúbicos de arena cada año, de los cuales solo recuperan una parte. Se trata de una de las consecuencias más visibles del cambio climático, que provoca año tras año estos temporales que modifican la forma de las playas. De hecho, para paliar esta situación, cada año se llevan a cabo obras de emergencia para compensar las partes de la costa más dañadas. En concreto, se traslada arena de las zonas donde se acumula más hacia los puntos donde hace más falta.
Los temporales de este otoño dañaron notablemente la playa barcelonesa de la Nova Mar Bella, (ubicada en el distrito de Sant Martí), que reabrió ayer tras meses de obras de urgencia para recuperar los elementos que quedaron afectados. Las borrascas Ciarán y Domingos dañaron, concretamente, el muro de separación del paseo marítimo y dejaron a la playa prácticamente sin arena.
La obra, que ha durado seis meses y ha contado con una inversión total de 1,7 millones de euros por parte del Ayuntamiento de Barcelona, ha consistido en la reconstrucción del muro del paseo, la instalación de una estructura rompeolas de protección litoral, la restitución de las instalaciones de los servicios a las playas y a sus locales, como el agua la luz y la fibra. También se ha pavimentado el paseo y se ha colocado una nueva barandilla de cierre. Para recuperar la gran cantidad de arena perdida, el Ayuntamiento de Barcelona ha contratado una embarcación para hacer operaciones de dragado del agua y aportar 26.000 m³ de arena a la playa procedente del Masnou.
La directora de playas de Barcelona, Patricia Jiménez, aseguró ayer en declaraciones a los periodistas que las obras de emergencia han durado más de lo previsto –ya que inicialmente se estimó que durarían dos o tres meses– debido a que «las obras tienen también su complicación» y rehacer las infraestructuras y recuperar los servicios comporta tiempo. Jiménez señaló que, a pesar de que las playas de Barcelona tienen espigones y diques sumergidos que retienen la arena, estas son «deficitarias en sedimentos» y el Ayuntamiento estima que pierden 30.000 metros cúbicos de arena anuales.
De hecho, la directora de playas de Barcelona advirtió de que la Nova Mar Bella no es la única playa que necesita una aportación de arena. El consistorio redistribuye la arena de los puntos en los que se acumula, como en la bocana del Port Olímpic, donde este 2024 está previsto iniciar las obras de drenaje para quitar unos 17.000 metros cúbicos de arena, lo que permitirá «reajustar» las playas de la Barceloneta, Sant Sebastià, Somorrostro y una parte de la Nova Icària, detalló Jiménez. Así, el Ministerio de Transición Ecológica está realizando un estudio para la estabilidad de las playas y la aportación de arena que se necesita.
Sobre las obras pendientes, Jiménez señaló que «lo que ahora falta es terminar de restituir las playas de poniente para dejarlas listas para la temporada». Además, respecto a la afluencia esperada en las playas de la capital catalana este verano, dijo que prevé «cifras similares a las del año pasado, cerca de 5,2 millones de usuarios», aunque destacó que, con la llegada de la Copa del América –que se celebrará de agosto a octubre–, «es probable que los números sean un poco superiores, con un mes de octubre fuerte».
La directora también comentó que con la salida del estado de emergencia por sequía, que deja a Barcelona en fase de excepcionalidad– se prevé que «se volverá a abrir una ducha por playa», aunque «esto comporta su tiempo porque se tienen que hacer todos los test y controles de calidad».