
Arte
A subasta un boceto de Dalí de su obra oculta en Barcelona
Es uno de los estudios preparatorios de un retrato de Ramon Llull

Barcelona, por si alguien lo dudaba, es una ciudad que se ha comportado mal con Salvador Dalí. Y eso que el pintor tuvo no pocos lazos de unión con la capital catalana, algo que ha demostrado y documentado el historiador y crítico de arte Ricard Mas en un imprescindible libro e, incluso, una exposición. No deja de ser curioso que la única obra que Dalí hizo en un espacio barcelonés no pueda verse públicamente. Se trata de un conjunto de pinturas que desde el verano de 1969 decora el techo de la entrada del Palauet Albéniz, en la montaña de Montjuïc. Titulado “La hora real” cuenta con un diámetro de 300 metros, lo que permite hacerse una idea de las grandes dimensiones de ese trabajo daliniano. El edificio que custodia esta pintura es en la actualidad la residencia oficial de los reyes de España durante su paso por Barcelona, por lo que nadie más puede contemplar la obra.
Este encargo del Ayuntamiento de Barcelona por obra y gracia de su entonces alcalde José María Porcioles cuenta con una representación de una suerte de sardana acompañado de algunos elementos propios del imaginario del pintor, entre ellos un reloj blando. En las esquinas, Dalí situó cuatro retratos imaginarios de nombres vinculados con Barcelona: Cristóbal Colón, Miguel de Cervantes, Joan Maragall y Ramon Llull. El estudio preparatorio de este último sale el próximo día 10 de septiembre a subasta en Setdart con un precio de salida de 100.000 euros, aunque se espera que pueda doblar esta cantidad.
No deja de ser curioso que pese a que Dalí realizó el encargo entre 1969 y 1973 se haya fechado el boceto de 1975, algo que probablemente obedece al certificado que en su día realizó John Peter Moore, quien fuera uno de los secretarios personales del artista surrealista, además de protagonista en sus últimos años de algunos singulares líos judiciales. Moore llegó a ser propietario de un museo en Cadaqués. Inaugurado por el mismo Dalí, en el que exhibía buena parte de su colección privada con muchísimos bocetos y apuntes de su anterior jefe. En 2003, tras cerrar el centro, puso en subasta todo su fondo en París.
Y un último apunte sobre esta obra. Evidentemente Dalí contó con ayuda. Era mucho trabajo para una sola persona que acumulaba cuantiosos encargos en aquel momento. Isidor Beà, un gran escenógrafo, fue el ayudante necesario especialmente en los óleos de grandes dimensiones, como “La pesca del atún”. Dalí trabajó en el estudio de Beà en Barcelona en las pinturas para el Palauet Albéniz.
✕
Accede a tu cuenta para comentar