Educación

La Universidad de Barcelona alberga el primer museo de fonética de España

El centro se ubica en la Facultad de Filología y Comunicación

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La Universidad de Barcelona alberga el museoUB

La Universidad de Barcelona (UB) alberga el primer museo de fonética de España, que recorre los cambios tecnológicos que ha experimentado esta disciplina, desde las primeras máquinas analógicas hasta los dispositivos digitales más recientes y los ordenadores personales con programas de análisis acústico versátiles al alcance de todos. Se trata del 'Museo de Fonética Colección Instrumentos Científicos del Laboratorio de Fonética Eugenio Martínez Celdrán', que surge del fondo del laboratorio de fonética de la UB y se ubica en la Facultad de Filología y Comunicación de la UB.

El origen del museo es el 'Laboratorio de Fonética Eugenio Martínez Celdrán' de la UB que, creado en 1978, es el primer laboratorio universitario de fonética de España y, según fuentes de la UB, "un referente de ámbito europeo". Con el fin de mostrar a todos los públicos la evolución del estudio de la fonética y la tecnología que lo ha hecho posible, el museo exhibe la colección del laboratorio. Para ello, en los últimos meses, se ha llevado a cabo una labor de museización del inventario de aparatos e instrumentos del laboratorio.

Uno de los aparatos que se exhiben es el sonógrafo Sona-Graph 6061B, un equipo analógico para el análisis del sonido que permitía analizar como máximo 2,4 segundos de habla. También se muestra un osciloscopio D1016, un equipo analógico que permitía visualizar la onda sonora y cuya representación se conseguía mediante un haz electrónico que trazaba la forma de la onda sonora en la pantalla de tubo de rayos catódicos, pero cuyas representaciones gráficas obtenidas no se podían guardar ni imprimir.

Otro de los aparatos es el sonógrafo Digital Sona-Graph 7800, un equipo digital para el análisis del sonido cuyo cometido general era permitir el análisis de las ondas sonoras descomponiéndolas en los parámetros físicos fundamentales (frecuencia, intensidad, duración).

Este aparato generaba los tres gráficos fundamentales para la representación del sonido, que son oscilogramas, espectros y espectrogramas y, pese a que realizaba un análisis acústico destacable, no permitía que fuese en tiempo real. Se muestra asimismo una Marantz CP430, una grabadora profesional de cinta de casete que permitía grabaciones a nivel profesional y que en sus inicios representó una ventaja considerable en comparación con los magnetófonos de carrete previos.

El Computerized Speech Lab (CSL), una estación de trabajo de procesamiento de la señal utilizada para la investigación con aplicaciones en el análisis del habla, la enseñanza, la investigación, la medición de la voz, las aplicaciones clínicas, la fonética acústica y el trabajo forense también se exhibe en la muestra.

La ventaja fundamental del aparato respecto de los anteriores fue el paso de ser una máquina autónoma a estar asociada a un ordenador.

Una cabina anecoica insonorizada que se fabricó expresamente para el Laboratorio de Fonética de la UB u otra donada por el Hospital Sant Joan de Déu a la universidad también forman parte del fondo museístico.

Se trata de espacios diseñados que absorbían las reflexiones producidas por ondas acústicas en cualquiera de las superficies que la conforman y que su vez estaban aisladas de cualquier fuente de ruido o influencia sonora externa. La combinación de estos dos factores implicaba que la sala tuviese las condiciones acústicas necesarias para una grabación óptima.

El electropalatógrafo WinEPG, utilizado para monitorear los contactos entre la lengua y la superficie que va desde la cara interior de los incisivos superiores hasta el límite con el paladar blando durante el habla y que registra detalles muy precisos de la actividad lingual durante el habla es otro de los aparatos que se muestran.

Los primeros aparatos para el Laboratorio de Fonética se adquirieron en 1972 por los doctores Antoni Badia i Margarit y Ramon Cerdà Massó.

En septiembre de 1978, se inauguró el Laboratorio de Fonética de la UB en la Facultad de Filología y su primer director fue Eugenio Martínez Celdrán.

En sus inicios en 1978 el Laboratorio estuvo situado en un pequeño habitáculo en medio del largo pasillo del sótano del patio de Letras de la UB hasta que en 1983 se trasladó a la segunda planta del edificio histórico de la universidad, en una especie de altillo con ventanas a ras de suelo.

El actual laboratorio se encuentra desde 1999 en el quinto piso del edificio Josep Carner de la Facultad de Filología y Comunicación, donde se ha ubicado el nuevo museo. El Laboratorio de Fonética es un centro de investigación y de enseñanza en el que se han elaborado más de treinta tesis doctorales y desde sus orígenes ha albergado proyectos de investigación que abarcan prácticamente todos los ámbitos de la fonética como la fonética acústica, fonética articulatoria, fonética perceptiva, fonética forense, fonética clínica, enseñanza de idiomas y tecnologías del habla.