Hablemos de futuro
La investigación oncológica, más cerca del paciente
La lucha contra el cáncer es una carrera de fondo y, aunque cada día son muchos y más esperanzadores los avances en medicina, todavía queda mucho camino por recorrer. Hasta llegar a la meta, la labor de fundaciones como Fero, pionera en España por su carácter traslacional, en el desarrollo de investigaciones oncológicas es esencial para estimular la innovación y arrojar luz allá donde la mano pública no alcanza
El cáncer es un enemigo a batir y conforma uno de los principales retos que la sociedad civil debe afrontar. Al ser la segunda causa de mortalidad en nuestro país, solo superada por afecciones cardiovasculares, cualquier gesto es valioso y urgente en la lucha contra esta terrible enfermedad.
Por ello, es necesario seguir en movimiento y mantener el compromiso y la colaboración en la lucha contra el cáncer. En esta batalla, toda ayuda es poca y cualquier esfuerzo puede suponer un gran paso hacia delante.
Esta es, en parte, la labor de algunas fundaciones y asociaciones que contribuyen a que todos los avances científicos repercutan y beneficien al paciente a todos los niveles, desde la prevención hasta la diagnosis. El papel de estas entidades es esencial, no solo para recaudar fondos para fines científicos, sino a la hora de generar conciencia, visibilizar y derribar mitos y tabúes, y construir una ciudadanía comprometida contra el cáncer.
Una investigación para el paciente, y no para la enfermedad
Entre las principales líneas de investigación y estudios científicos actuales sobre el cáncer, los avances médicos han situado al paciente en el centro de los programas, complementando en gran medida de esta forma a la enfermedad, hasta ahora principal objeto casi en exclusiva de los estudios.
En esta tarea aparecen en juego organizaciones que promocionan y sitúan la lucha contra el cáncer desde una perspectiva del paciente. Es el caso de la Fundación Fero, una entidad totalmente privada que dedica su actividad al desarrollo de la investigación oncológica. Más concretamente, lo hacen a través de la promoción de proyectos de investigación traslacional, siendo una de las pocas entidades en España que trabajan con este enfoque.
Este tipo de investigación fomenta la relación entre los laboratorios y el paciente como objetivo final. Reduce los tiempos entre los distintos componentes del proceso y permite que este sea más ágil y rápido, con el beneficio que esto supone para para todos y, especialmente, para el paciente. Piru Cantarell, directora de la fundación, arroja luz sobre cómo esto es posible.
“Todo el mundo dentro de la investigación traslacional está dentro del mismo grupo.” comenta, “Por ejemplo, un cirujano puede extraer una muestra de un tumor y mandarlo al laboratorio, donde se realiza una biopsia, cuyos resultados llegarán al médico, que será el encargado de trasladárselos directamente al paciente.”
De esta forma, todos los actores implicados -personal de medicina, personal de investigación y pacientes- quedan emplazados dentro de un mismo marco, facilitando y agilizando, en última instancia, el diagnóstico y la elección de tratamientos de medicina personalizada en función de cada paciente.
“Todos tenemos a alguien con cáncer”
Es muy habitual escuchar que el cáncer no entiende de razones y puede afectar a todos por igual. Es más, como Cantarell apunta, cuando una persona es diagnosticada, no lo sufre el propio paciente, sino también todo su entorno. Se trata de un duro golpe para el enfermo, pero también para la familia, amigos, seres queridos… Nadie parece librarse de esta enfermedad que se llevó a más de 100.000 personas en 2018, según datos del Instituto Nacional de Estadística.
Por todo esto, la presencia de entidades dedicadas a la lucha contra el cáncer se hace indispensable y cobra un valor social incalculable. La aportación de estas asociaciones y fundaciones al motor de la investigación facilita el abordaje que para la sociedad supone el reto del cáncer.
En este sentido, Cantarell afirma que, aunque de momento no es posible curar el cáncer, “el principal objetivo es que la gente que lo sufre pueda vivir con calidad de vida”, hacer un día a día normal y sobrellevar la enfermedad con naturalidad, sin que el paciente se vea afectado. En definitiva, la labor investigativa pretende encontrar la forma en la “que la gente muera con cáncer, no de cáncer”.
El papel de fundaciones como Fero es el de reunir y atraer esfuerzos para, desde un punto de vista financiero, poder desarrollar proyectos pioneros de investigación oncológica traslacional en centros españoles. Su objetivo es el de complementar la investigación en centros, laboratorios e incluso otras fundaciones, allá donde la financiación estatal no puede llegar: “Siempre se necesitan más medios y las investigaciones son muy costosas”.
Y, aunque el nivel español de investigación en oncología es muy bueno, Cantarell cree firmemente que se puede hacer mucho más: “Aún nos queda mucho recorrido a la hora de concienciar a la sociedad civil de que hay que ayudar si lo comparamos con otros países, donde iniciativas privadas y filántropas como la nuestra están mucho más extendidas.”
Además, este tipo de entidades ofrecen una mayor sensibilización y visibilidad sobre un tema que, aún para mucha gente, sigue siendo un desconocido. Gracias a su labor, “la palabra cáncer es hoy menos tabú”, comenta la directora de Fero.
Ayudas para seguir ayudando
Sin capital humano y financiero, la investigación no es posible en ningún ámbito. La Fundación Fero, en consonancia con la necesidad de estimular el desarrollo de nuevos proyectos en este campo, ofrece varias formas para colaborar y combatir la enfermedad.
Una de las más interesantes es la concesión de becas a la investigación contra el cáncer que ofrece para nuevos proyectos que, con carácter innovador y pionero, contribuyan al estudio en métodos inéditos para combatir la enfermedad.
Estas becas tienen carácter anual y están dirigidas a jóvenes investigadores que se sitúan al principio de su carrera. El fin es promover la innovación en los científicos de mañana y conceder oportunidades al talento investigativo del país.
Los proyectos elegidos son presentados durante dos cenas que tienen lugar en Madrid y Barcelona, a las que Banco Santander acude como empresa colaboradora. En estas cenas, se entregan las ayudas, que pueden llegar a alcanzar los 80.000 euros de financiación, un gran impulso para el músculo investigador.
Solo en 10 años, la Fundación Fero ha conseguido quintuplicar el número de proyectos candidatos a sus ayudas, recibiendo en el último año hasta 100 propuestas, en lo que son, sin duda, muy buenas noticias para la medicina oncológica. La Fundación espera así seguir ofreciendo un valor diferencial en la medicina traslacional, al tiempo que sirve de referente en el desarrollo científico frente al cáncer.
Por su parte, esta no es la primera vez que Banco Santander se alinea junto a los principales agentes en la batalla contra el cáncer. Otros proyectos en los que colabora son las tarjetas solidarias con el cáncer de mamá que lanzó bajo la iniciativa Redondeo Digital Solidario, que permite a los clientes donar con cada compra haciendo un redondeo al alza, o el programa Euros de tu nómina, mediante el cual se destina un porcentaje del salario a proyectos sociales, muchos de ellos relacionados con la lucha contra el cáncer.
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