Fauna

Las aves desaparecen y no sabemos por qué

Un nuevo y enorme estudio ha detectado un preocupante descenso en las aves que pueblan Panamá y todavía no se ha identificado la causa

Pájaro hormiguero ocelado (Phaenostictus mcleannani) fotografiado en el Parque Nacional de Soberanía.
Pájaro hormiguero ocelado (Phaenostictus mcleannani) fotografiado en el Parque Nacional de Soberanía.Parque Nacional de SoberaníaCreative Commons

Otro titular alarmista con el que empezar la semana. El problema, es que a veces la alarma está justificada y no es nada nuevo que la biodiversidad esté en peligro. Sin embargo, hay muchos niveles de alarma diferentes y lo primero que debemos hacer es acotar cómo de preocupante es esta situación. El estudio que se acaba de publicar ha estado analizando la biodiversidad de las aves panameñas durante más de cuarenta años, por lo que tiene una buena muestra con la que hacer estadística y, por lo visto, sugiere que las poblaciones están sufriendo un notable descenso. No obstante, hemos dicho que el estudio, por largo que haya sido y por muchas aves que haya contabilizado, se limita a Panamá. Eso significa que sus conclusiones, por ahora, ni pueden ni deben extrapolarse a otros países, ni siquiera sus vecinos y mucho menos a todo el trópico.

En cuanto a las implicaciones que puede tener la pérdida de biodiversidad de aves, hemos de tener en cuenta que en los trópicos viven la mayor parte de aves del planeta y, allí, cumplen una función determinante en el medio ambiente, tanto en la diseminación de semillas como en el control de determinados insectos que pueden ser perjudiciales para otros animales (entre ellos, nosotros). Perderlos puede suponer un buen golpe para los ecosistemas y, por lo tanto, debemos entender hasta qué punto están viéndose afectados, pero, sobre todo, a qué se debe este extraño descenso. Todavía no hay respuestas para todo, pero este estudio es lo más cerca que estamos de alcanzarlas, así que despiecémoslo.

15000 aves con nombres y apellidos

El estudio en cuestión ha durado 44 años, comprendiendo el periodo que ha ido desde principios de 1977 hasta 2020. Ahora que hemos acotado el cuándo toca hablar del dónde: el Parque Nacional Soberanía de Panamá, una extensión de cerca de 22.000 hectáreas. Durante ese tiempo, un grupo de investigadores coordinados por la Universidad de Illinois han estado contabilizando ejemplares de las diferentes especies de aves que pueblan el territorio. Según los propios expertos, posiblemente se trate del estudio más largo de este tipo hecho en el Neotrópico, que es, a grandes rasgos, la región tropical del continente Americano.

Cuarenta y cuatro años a lo largo de los cuales llegaron a destinar un total de 84.000 horas al muestreo de las aves (capturarlas, identificarlas, registrarlas y marcarlas). Las capturas ascendieron a 15.000 ejemplaresdiferentes de casi 150 especiesdistintas entre sí. Por desgracia, de esas 150, solo 57 contaban con la suficiente cantidad de ejemplares como para que sus datos tuvieran valor más allá de la “anécdota”. A fin de cuentas, no todos los datos nos proporcionan información relevante desde el punto de vista estadístico, donde para encontrar tendencias claras necesitamos un buen volumen de ellos, y no solo unas pocas docenas.

Un descenso del 70% de las especies

Los resultados parecen bastante concluyentes (y preocupantes). Si nos centramos en valorar a las poblaciones en función de cómo ha evolucionado el número de ejemplares que las componen, la conclusión es clara: han disminuido en términos generales. Para dar datos más concretos, parece que 40 especies de las 57 estudiadas han quedado reducidas a la mitad de los ejemplares (o menos) en estos 44 años. Esto significa que, presuntamente, un 70% de las especies de aves de Panamá han decrecido fortísimamente. Otras 15 especies mantuvieron sus números y, tan solo dos, aumentaron sus ejemplares: una especie de colibrí y otra de la familia de los bucónidos.

Estos cálculos se han obtenido comparando cuántos ejemplares de cada especie se han capturado, en cada momento, a lo largo de este periodo de cuatro décadas. Según los investigadores, en 1977 capturaban 10 o 15 ejemplares de muchas especies, pero en 2020 ese número se había reducido a tan solo 5 o 6. Ahora bien, estos números tan alarmantes deben tener una explicación, pero aquí es donde viene el gran giro de guion: no sabemos cuál es. El parque natural del estudio no ha sufrido cambios significativos en los últimos 50 años en cuanto a cómo se usa su tierra (urbanización, explotación, etc.).

Por ahora, solo sabemos que las aves más afectadas fueron las especies que migran a zonas elevadas, las aves típicas de zonas boscosas y, finalmente las especies que viven en zonas de transición entre la parte más frondosa del bosque y la más abierta. El descenso del primer grupo podría estar relacionado con las discontinuidades que han aparecido en el bosque, donde las copas se agrupan formando una especie de parches cada vez más fragmentados. El tercer grupo, que habita en esas zonas de transición, experimentó una pérdida de hasta el 90% de su población y, en ese caso, podía deberse a la construcción y posterior abandono de una carretera cercana. Sin embargo, todavía no se sabe por qué ha afectado al segundo grupo, formado por las especies más comunes del bosque.

No obstante, hemos de recordar que este estudio pretendía ser puramente descriptivo, no explicativo. Su diseño permitía tomar el pulso de la biodiversidad, como quien dice, pero no determinar a qué se deben los valores que pudiera detectar. De hecho, serán los próximos estudios, motivados por los datos que revela este, quienes empiecen a arrojar verdadera luz sobre la misteriosa causa de esta pérdida de biodiversidad.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • El diseño de un estudio no solo permite que recojas unos datos u otros, sino que también influye en lo que vayas a poder hacer con esos mismos datos. En este caso, no parece que pueda determinarse el motivo de este descenso a partir de los datos recogidos.

REFERENCIAS (MLA):