Riesgos

Se avecina un colapso global, dice un estudio que explora 5.000 años de historia: “La autodestrucción es muy probable”

El investigador Luke Kemp, de la Universidad de Cambridge, concluye lo que podría empujar a la humanidad hacia su propio final

Se avecina un colapso global, dice un estudio que explora 5.000 años de historia: “La autodestrucción es muy probable”
Se avecina un colapso global, dice un estudio que explora 5.000 años de historia: “La autodestrucción es muy probable”La Razón

La historia no solo sirve para entender el pasado, también puede anticipar el futuro. Esa es la premisa del investigador Luke Kemp, del Centro para el Estudio del Riesgo Existencial de la Universidad de Cambridge, quien ha analizado más de 400 civilizaciones de los últimos cinco mil años para lanzar una advertencia, y es que el colapso global es no solo posible, sino probable si no se revierte la creciente desigualdad.

Su reciente libro, "La maldición de Goliat", traza un inquietante paralelismo entre los grandes imperios del pasado y el actual sistema global, interconectado y frágil, que podría estar acercándose a su punto de ruptura.

Un “Goliat global” al borde del colapso

Luke Kemp no utiliza el término “civilización” para referirse a las estructuras sociales que analiza, sino “Goliat”. Con este concepto designa sistemas construidos sobre la dominación, como el Imperio Romano, y los compara con nuestro actual modelo planetario, una red unificada por el comercio, las finanzas, la tecnología y, sobre todo, el capitalismo.

Según Kemp, esta interdependencia global ha dado lugar a un “Goliat global interconectado” que, aunque poderoso, es extremadamente vulnerable. La pandemia de COVID-19 habría sido una muestra clara de esa fragilidad, una sola crisis puede provocar reacciones en cadena de escala planetaria.

La desigualdad como antesala del colapso

Uno de los hallazgos más alarmantes del estudio de Kemp es que la desigualdad precede sistemáticamente al colapso. En todas las civilizaciones estudiadas, el incremento del poder y la riqueza de las élites debilitó las estructuras sociales, erosionó la resiliencia de los sistemas y los dejó expuestos a impactos externos como guerras, epidemias o catástrofes climáticas.

“A medida que las élites extraen más riqueza de las personas y de la tierra, debilitan las sociedades... El cascarón vacío de una sociedad acaba resquebrajándose”, afirma Kemp.

Esta dinámica no solo se repite a lo largo de la historia, sino que está presente en la actualidad con una intensidad sin precedentes. La acumulación de riqueza en manos de unos pocos y la degradación ambiental podrían estar alimentando una tormenta perfecta.

Liderazgos tóxicos: la tríada oscura

Kemp identifica otro factor decisivo, el papel de líderes que encarnan la “tríada oscura” de lapersonalidad narcisismo, psicopatía y maquiavelismo. Según el investigador, muchos colapsos históricos fueron acelerados por figuras autoritarias, carismáticas y destructivas, que utilizaron su poder para mantener estructuras de dominación y evitar reformas necesarias.

Esta clase de liderazgo no solo retrasa las soluciones, sino que profundiza los problemas estructurales. En el contexto actual, con líderes populistas en auge, tecnologías de vigilancia avanzadas y armas de destrucción masiva disponibles, el riesgo es aún mayor.

¿Autodestrucción o transformación radical?

Kemp plantea que la humanidad se enfrenta hoy a una bifurcación crítica, la autodestrucción o una transformación profunda del sistema. Aunque reconoce que el escenario más probable es el colapso, también cree que existen caminos hacia el cambio.

Entre sus propuestas se encuentran:

  • Promover una democracia directa real, con participación ciudadana activa mediante asambleas y herramientas digitales.
  • Establecer límites a la acumulación de riqueza extrema.
  • Exigir responsabilidad política y empresarial frente a los daños sociales y ecológicos.

Contrario a las críticas que lo sitúan ideológicamente en la izquierda, Kemp sostiene que estas medidas no responden a una agenda partidista, sino a una necesidad urgente de supervivencia colectiva.

“La izquierda tampoco tiene el monopolio de la lucha contra la corrupción, de exigir responsabilidades a los gobiernos y de garantizar que las empresas paguen por el daño social y ambiental que causan”, explica.

Una mirada al pasado para actuar en el presente

La gran aportación del trabajo de Luke Kemp no es solo su mirada histórica, sino su advertencia basada en patrones verificables. Si más de 400 civilizaciones colapsaron siguiendo trayectorias similares, ignorar esas lecciones podría condenar a la humanidad a repetir el ciclo.

El tiempo para evitar el colapso no ha terminado, pero como subraya Kemp las decisiones deben tomarse ahora, con una visión clara, una redistribución justa de los recursos y un nuevo modelo de liderazgo que priorice la cooperación sobre la dominación.