Ecología
El deshielo se está acelerando y Groenlandia es la clave
Groenlandia es responsable en un 17% del aumento del nivel del mar y se está deshelando más rápido de lo que pensábamos
Parece que los medios no nos dan tregua y, cada semana, nos bombardean con malas noticias sobre las crisis ecológicas que nos asfixian. Y es cierto, tal vez haya una mejor manera de comunicar los dramas medioambientales, pero la realidad es que el cambio climático es una amenaza y todas las semanas se publican investigaciones científicas que nos ayudan a conocerlo un poco mejor. Esta semana es el caso de Groenlandia, una isla helada clave para comprender la crisis climática que estamos viviendo. De hecho, se estima que un 17% de la subida del nivel del mar se debe a la fusión del hielo de Groenlandia. Una proporción nada desdeñable que nos obliga a dirigir nuestra atención sobre esa masa de tierra cada vez menos helada.
En un nuevo estudio publicado en Nature Communications, científicos del Centre national de la recherche scientifique en colaboración con colegas daneses y americanos, han descubierto un nuevo e inquietante dato sobre el deshielo de Groenlandia. Hasta ahora, pensábamos que los glaciales del norte de la isla eran estables, mucho menos sensibles que otras regiones que llevan perdiendo hielo a gran velocidad desde los años 80. Esta mala noticia se suma a otra, porque ese hielo del norte está actuando como una suerte de barrera, impidiendo que se libere todavía más hielo al océano. De hecho, este mismo estudio ha corroborado que el principal motivo del deshielo es el aumento de la temperatura en él océano circundante, por lo que, si perdemos los glaciares del norte y dejan de contener el flujo de hielo al océano, es probable que el deshielo de Groenlandia se acelere, y eso implica peores consecuencias de las que imaginamos.
La pescadilla que se muerde la cola
Sabemos que el cambio climático está mayormente provocado por la emisión humana de gases de efecto invernadero. Sin embargo, la manera en la que esto empuja el calentamiento de ciertas regiones del planeta es más compleja. Es cierto que la radiación del sol atraviesa la atmósfera terrestre, calienta el planeta y no puede volver a escapar porque los gases de efecto invernadero hacen que rebote de nuevo a la superficie, como ocurre con los plásticos de un invernadero. El caso es que, al aumentar esto la temperatura, empiezan a ocurrir una serie de procesos que contribuirán al calentamiento y el calentamiento contribuirá a ellos, como una retroalimentación.
Un ejemplo son los incendios. El cambio climático aumenta los incendios que, a su vez, liberan grandes cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera que, como gas de efecto invernadero, aumentarán las temperaturas, empeorando el cambio climático y aumentando los incendios. Algo similar ocurre con el hielo. Cuando aumentan las temperaturas el hielo se funde, y nuestra mayor preocupación no es perder los increíbles paisajes polares. Es que, al perder hielo, la superficie de nuestro planeta se vuelve menos blanca y, por lo tanto, más oscura. Las superficies oscuras captan más luz y, por lo tanto, se recalientan, lo que contribuye a un aumento de las temperaturas y, a su vez, a que se funda más hielo. Son bucles de retroalimentación positiva, y cuanto más los dejemos correr, más rápido será el cambio y más complicado será frenar su inercia.
Por otro lado, la pérdida de hielo sobre el continente equivale a una ganancia de agua en los océanos y, por lo tanto, a una subida del nivel del mar. Todo ello convierte a Groenlandia en uno de los lugares más importantes donde se está jugando nuestro futuro.
QUE NO TE LA CUELEN:
- Aunque se escucha con frecuencia decir que los científicos han exagerado la subida del nivel del mar, lo cierto es que las predicciones de los últimos años no solo se han cumplido, sino que se han quedado cortas. Dicho de otro modo: el nivel del mar durante los últimos años ha subido incluso más de lo que estimaban los propios expertos.
REFERENCIAS (MLA):
- “Rapid Disintegration and Weakening of Ice Shelves in North Greenland” Nature Communications 10.1038/s41467-023-42198-2
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