
Geología
Este es el buque chino que quiere llegar al interior de la Tierra
“Este barco tiene la capacidad de responder a preguntas fundamentales sobre clima, oceanografía, microbiología y ciencias de la tierra… durante los próximos 50 años”, señala un experto.

Menos conocida que la carrera espacial, durante décadas la Unión Soviética y Estados Unidos se enfrentaron en una carrera al centro de la Tierra… de la que salió vencedor la primera, aunque nunca llegaron más allá de los 10 kilómetros de profundidad. Pero ahora habría un nuevo contendiente: China.
En la ciudad portuaria china de Guangzhou está atracado el futuro de la perforación científica en los océanos: el Meng Xiang, un barco nuevo de 180 metros de largo y valorado en 450 millones de euros.
El Meng Xiang (Sueño, en chino) comenzará a perforar, a partir del año próximo, rocas y sedimentos del fondo marino en sitios repartidos por los océanos del mundo para investigar la tectónica de placas, los climas marinos antiguos y la vida microbiana enterrada a gran profundidad. También se embarcará en una audaz misión para perforar la corteza terrestre y llegar al manto que se encuentra debajo.
El barco cuenta con nueve laboratorios científicos dedicados y una plataforma de perforación que promete excavar más profundamente que cualquier otro barco de investigación anterior. “Estoy verde de envidia – explica el paleoceanógrafo Peter Bijl de la Universidad de Utrecht -. Este barco tiene la capacidad de responder a preguntas fundamentales sobre clima, oceanografía, microbiología y ciencias de la tierra… durante los próximos 50 años”.
La característica más notable de Meng Xiang es su capacidad de perforar a una profundidad de 11.000 metros bajo la superficie del mar, en comparación con los 8.385 metros de otros barcos como el JOIDES Resolution y los 10.000 metros del Chikyu. Esto significa que Meng Xiang podría hacer historia perforando en el manto, más allá de un límite conocido como la discontinuidad de Mohorovičić, o Moho. Los científicos han ansiado perforar el Moho desde 1961, cuando el primer programa científico de perforación oceánica se denominó "Proyecto Mohole".
Todo comenzó cuando el sismólogo croata Andrija Mohorovičić, que dio nombre al límite, observó que las ondas sísmicas viajan a través de la Tierra más rápido por debajo del Moho que por encima de él, lo que sugiere un cambio abrupto en la composición de las rocas.
La explicación de los libros de texto es que el Moho separa las peridotitas (rocas ricas en magnesio) más densas del manto, de los gabros (más ligeros) de la corteza. Las rocas traídas a la superficie en erupciones volcánicas o recuperadas en las dorsales oceánicas, donde la corteza es más delgada, respaldan esa imagen. Pero el agua de mar y otros procesos geoquímicos pueden alterar esas rocas. Si se obtuvieran muestras de rocas frescas del Moho y el manto podrían confirmar sus composiciones y arrojar luz sobre la formación y evolución de la corteza terrestre.
Los científicos creen que el Moho es más superficial cerca de las crestas del Océano Pacífico, donde el agua está a unos 4000 metros de profundidad y el Moho a otros 6000 metros por debajo de eso. Para evitar que un pozo tan profundo se derrumbe bajo altas presiones subterráneas, los perforadores tendrán que bombear una lechada densa llamada lodo de perforación desde el barco a través del pozo y de regreso. Dirigir el lodo a través de 4000 metros de agua requiere un nuevo sistema de circulación que los ingenieros del Meng Xiang esperan tener listo para 2030, si no antes.
China aceptó el desafío de Moho porque los científicos del país desempeñaron un papel pequeño en el descubrimiento de la tectónica de placas y decidieron que era hora de “que China hiciera grandes contribuciones a la comunidad internacional”, afirma Yaoling Niu, petrólogo del Laboratorio Laoshan.
Pero el barco hará más que perforar el límite Moho. China está planeando un Programa de Perforación en Océanos Profundos para gestionar hasta 30 expediciones de perforación entre 2025 y 2035.
Uno de los proyectos es perforar en la Plataforma de Sunda, una vasta formación geológica debajo de los mares poco profundos del sudeste asiático. ¿El objetivo? Reconstruir los cambios del nivel del mar de hace 5 millones de años en busca de evidencias de una cuenca oceánica de 130 millones de años al este de Taiwán que desde entonces ha sido tragada por movimientos tectónicos en la región.
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