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Drogas

Los expertos avisan: la nueva droga 'invisible' es 20 veces más letal que el fentanilo

Más de veinte veces más potentes que el fentanilo e indetectables en los test habituales. Así son los nitazenos, una droga sintética que se mezcla con otras sustancias y está causando ya decenas de muertes en Estados Unidos

Un cóctel de fentanilo, cannabis y otras drogas químicas junto con huesos humanos sería de lo que está compuesto Kush, la droga que azota África Dreamstime

En Estados Unidos, una nueva droga sintética está dejando un reguero de muertes que ha hecho saltar todas las alarmas. Se trata de los nitazenos, unos compuestos cuya irrupción en el mercado ilícito ha quedado trágicamente documentada en un reciente estudio forense. Las cifras, recogidas en el estado de Tennessee entre 2019 y 2023, son demoledoras: las autoridades locales certificaron 92 sobredosis mortales directamente vinculadas a estas sustancias.

De hecho, el análisis toxicológico de las víctimas desveló un patrón que explica la extrema letalidad de esta nueva amenaza. La clave, según los forenses, no estaba solo en la presencia del nuevo compuesto, sino en que siempre aparecía combinado con otras drogas. En la totalidad de los casos, los nitazenos habían sido mezclados con fentanilo, pero también con metanfetamina, creando un cóctel explosivo de consecuencias fatales.

Asimismo, lo que convierte a los nitazenos en un peligro de primer orden es su descomunal potencia. Se trata de una familia de opioides sintéticos que, aunque fueron creados en laboratorios en la década de 1950, nunca llegaron a recibir la aprobación para su uso médico. Su potencia, que se estima veinte veces superior a la del fentanilo, tal y como han publicado en SciTechDaily, los convierte en una amenaza que se propaga de forma silenciosa. Este origen de laboratorio ilustra cómo ciertos avances científicos pueden acarrear consecuencias imprevistas aterradoras mucho tiempo después de su concepción original.

Un enemigo invisible y difícil de combatir

Por un lado, el principal peligro de los nitazenos reside en su carácter clandestino. A menudo se utilizan para adulterar heroína o cocaína, o directamente se prensan en pastillas falsificadas, lo que provoca que muchos los consuman sin ser conscientes del riesgo real. Esta vulnerabilidad se agrava porque los análisis de drogas más habituales no están preparados para detectarlos, creando el escenario perfecto para las intoxicaciones accidentales. Esta dificultad para la detección subraya que siempre pueden existir elementos ocultos a los análisis convencionales, una idea que resuena en otros campos como la biología, donde se investiga si podríamos tener grupos sanguíneos diferentes a los conocidos aún por catalogar.

Por otro lado, esta potencia desmesurada supone un reto mayúsculo para los servicios de emergencia. La naloxona, el antídoto de referencia para revertir las sobredosis de opioides, puede resultar insuficiente. Los equipos sanitarios se ven obligados a administrar dosis mucho más elevadas del fármaco o varias inyecciones, una carrera contrarreloj que reduce drásticamente las posibilidades de supervivencia.

En este contexto, los expertos en salud pública ya reclaman la implementación de medidas urgentes para atajar la crisis. Entre sus recomendaciones destaca la necesidad de ampliar el acceso a herramientas de detección, como tiras reactivas específicas para nitazenos, y asegurar una distribución más amplia de naloxona no solo entre los equipos médicos, sino también entre la población general para poder actuar de inmediato.