Mascotas

¿Por qué no deberías darle lecha a tu gato?

Un reciente estudio explica dónde surgió el mito. Y su error.

Gatos
Por más que te hagan ojitos, la leche no es saludable para ellospickpikpickpik

Desde dibujos animados, pinturas clásicas y novelas históricas, el mito del tierno felino bebiendo de un cuenco de leche y regodeándose en la bebida, se ha popularizado. Pero la realidad es muy distinta. De acuerdo con un estudio publicado por Julia Henning, experta en comportamiento felino de la Universidad de Adelaida (Australia), la creencia que sostiene que los gatos beben leche surgió en 1877, cuando el médico escocés Gordon Stables publicó un libro en el que insistía en que los gatos necesitaban dos cuencos: “uno para el agua y otro para la leche”.

A partir de estos orígenes, los gatos y la leche se hicieron carne en el imaginario colectivo… cuando la realidad es que la gran mayoría de los gatos son intolerantes a la lactosa.Como todos los mamíferos, los gatos comienzan su vida bebiendo leche de su madre. Pero al crecer se convierte en una parte completamente innecesaria de su dieta. Esto se debe a que, después del destete (alrededor de las 6 a 12 semanas de edad), las crías dejan de producir la enzima lactasa, necesaria para digerir la lactosa de la leche.

Sin embargo, al igual que en los humanos, el nivel de intolerancia varía en cada individuo según la cantidad de enzima que su cuerpo produce naturalmente. Pero la intolerancia a la lactosa no es la única razón para no dar leche a los gatos. Aunque es poco frecuente, los gatos también pueden desarrollar alergia a la leche o a los productos lácteos.

La lactosa es un tipo de azúcar. Cuando no se puede descomponer para ser absorbida por el torrente sanguíneo, viaja a través de los intestinos hasta el colon, donde las bacterias del cuerpo la fermentan. Esta fermentación descompone la lactosa en ácidos y gases que causan síntomas desagradables, como gases excesivos, hinchazón, estreñimiento, dolor abdominal y, ocasionalmente, náuseas y vómitos. En los gatos, el síntoma más común observado es la diarrea y esta, si se convierte en crónica, puede causar complicaciones adicionales como deshidratación, desequilibrio electrolítico y desnutrición. En algunos casos, incluso puede ser mortal.

Los gatos que consumen leche o productos lácteos regularmente como parte de su dieta tienen un mayor riesgo de sufrir estas complicaciones de salud. Pero la pregunta es: si la leche es tan mala para los gatos, ¿por qué les encanta? Por la misma razón que a nosotros nos gustan las cosas que nos hacen daño. Hay que recordar que la leche de vaca está destinada a la alimentación y el crecimiento de las crías.

Para lograr esto, contiene una variedad de proteínas y grasas muy agradables al paladar, especialmente para los gatos. Los gatos necesitan altos niveles de proteínas y grasas para una salud óptima y un funcionamiento diario.

La leche de vaca, en particular, también es rica en caseína, una proteína que el cuerpo descompone en alfa-casozepina. En algunos estudios, se ha asociado con un efecto calmante en los gatos. Si bien esto no haría que un gato quisiera beber leche al principio, puede crear una asociación reconfortante con la leche con el tiempo.

En resumen: los lácteos no son parte natural de la dieta de los gatos. Aunque les guste su sabor, es probable que la leche le cause molestias y problemas de salud, así que es mejor evitarla por completo.

“Si crees que tu gato es de los pocos afortunados que no es intolerante a la lactosa, piénsalo de nuevo – concluye Henning -. Los gatos son muy buenos disimulando sus molestias, ya que, en la naturaleza, mostrar debilidad los convertiría en blanco de depredadores. Si es imprescindible, opta por leche sin lactosa o leche formulada específicamente para gatos y dale un capricho muy ocasional”.