Daniel Craig: “Para este personaje me basé en Colombo y Miss Marple”

Daniel Craig es uno de esos actores bien considerado no solo por sus compañeros de profesión sino también por el público y la crítica. Lleva la friolera de 40 películas. Se graduó en 1991 en la Guiddhall School en música y drama. Su carrera interpretativa está salpicada de filmes muy variopintos, desde «Elizabeth» (1998) pasando por «Lara Croft: Tomb Raider» (2001), «Camino a la perdición» (2002) o «Layer Cake» (2005). Pero lo que le lanzó al estrellato fue interpretar a James Bond, uno de los personajes más icónicos e identificables del panorama cinematográfico. Su elección creó una gran controversia en torno al hecho de que el nuevo Bond fuera rubio, algo no visto hasta el momento, pero Craig se negó en rotundo a teñirse el pelo y el tiempo le dio la razón, pues lleva cinco filmes a sus espaldas en la piel de 007.

En «Bond 25. Sin tiempo para morir», finalizará su aventura como agente secreto. Corren rumores de un rodaje tumultuoso donde el actor llegó a romperse el tobillo. El filme no parece pintar muy bien por los rumores que circulan, sin embargo «Puñales por la espalda», comedia de misterio dirigida y escrita por Rian Johnson, que ahora Craig se estrena en nuestro país, es otro cantar.

El filme está teniendo muy buena acogida por parte de la crítica. La película gira en torno al renombrado novelista Harlan Thrombey, interpretado por Christopher Plummer, el cual invita a su familia medio disfuncional a su 85 cumpleaños y para sorpresa de sus seres queridos es encontrado muerto. Craig, que da vida a Benoit Blanc, es el detective encargado de investigar este misterio en donde todos los miembros del clan se vuelven sospechosos, muy en la línea de una Agatha Christie.

–¿Qué va a encontrar el público que le conoce por sus películas de Bond?

–Pienso que es un filme perfecto para quitarte toda la tensión. Te ríes mucho y al fin y al cabo vas a pasar un buen rato y eso es lo que hemos tratado de hacer.

–¿Cómo ha sido trabajar bajo la batuta de Rian Johnson, que viene de hacer algo tan distinto como «Star Wars: los últimos Jedi»?

–Es un director al que conozco de hace varios años y soy un gran admirador de su trabajo. A nivel personal es un tipo estupendo, muy inclusivo, no solo con los actores sino con el equipo técnico; hace sentir bien a todo el mundo. Te sientes parte de su voz, de lo que quiere transmitir y eso como actor es de agradecer. Creo que todo esto lo puedes sentir al ver la película. Es uno de esos directores como Robert Altman que es capaz de trabajar con un grupo de actores que tienen el mismo peso en el filme y mantener el mimo nivel de calidad durante todo el rodaje. La audiencia lo nota y ve la película de una forma diferente, como un descubrimiento. La gente va a ir al cine y se van a sorprender, eso te lo puedo asegurar.

–Respecto a su personaje, ¿cuánto venía delimitado del guión y cuánto tuvo que añadir de tu cosecha?

–Si te soy sincero, muy poco. El guión estaba muy bien estructurado y mi personaje también. Es raro leer un guión y visualizarlo perfectamente en tu cabeza al momento y ver que la película es exactamente así. En general, en todos los rodajes hay cambios de personajes, tramas... Rian lo ha escrito de forma sublime. Tiene todo el mérito. No tuve que aportar nada más que mis habilidades como actor.

–Desde luego, el guión es bastante curioso. ¿Qué personaje le parece que tiene un peso más específico en la trama?

–Marta (Ana de Armas) es clave. La película no estaba basada en ningún hecho real pero la historia de ella es importantísima, es lo que enhebra la trama. La familia está dividida en un debate con connotaciones políticas y ella está en el centro de este debate sobre la inmigración. Es algo que independientemente del tono humorístico resulta muy recurrente hoy en América y el resto del mundo.

–Dice en una entrevista que es un filme perfecto para conversar en familia el Día de Acción de Gracias.

–Es diferente y muy graciosa, con comentarios sociales interesantes que pueden ser temas de conversación en un encuentro como este.

–¿Fue fácil para usted interpretar a un personaje con un acento del sur de EE UU?

–No fue nada fácil. A mí se me da bastante mal hacer acentos. Imito fatal. Así que te puedes imaginar que tuve que trabajarlo mucho para hacer uno medio decente. Practiqué durante meses. Una vez que lo pillas, es fácil mantenerlo.

–¿Fue una motivación extra para coger este papel?

–Realmente lo que me gustó es el guión. No paré de reírme cuando lo leí por primera vez.

–La audiencia se va a preguntar quién ha cometido el crimen, pero eso no parece ser lo más importante de la película...

–Totalmente de acuerdo, es cómo se desarrolla la trama lo divertido e interesante. El «quién lo ha hecho» es la excusa. Lo importante es la familia, su fortuna y la dinámica que tienen.

–En la historia del cine y la literatura existe una gran tradición de detectives, ¿hay alguno en particular que le haya inspirado?

–Creo que todos, una especie de mezcla entre Colombo, Miss Marple, Hércules Poirot por supuesto... Soy muy de Agatha Christie. Crecí leyendo sus novelas.

–Lleva en esta profesión muchos años. ¿Sigue teniendo la misma pasión?

–Más que cuando comencé hace 30 años.