Opinión

Las encuestas marcan cambio

Los sondeos electorales indican que continúa lenta, pero progresivamente la pérdida de voto socialista

El presidente del Gobierno Pedro Sánchez, en el Congreso de los Diputados
El presidente del Gobierno Pedro Sánchez, en el Congreso de los DiputadosAlberto R. RoldánLa Razón

Las urnas no le han ido bien a Sánchez casi nunca. Si hacemos un balance rápido, comprobaremos que en 2015 obtuvo 90 diputados, en 2016, 85 escaños y el peor registro del Partido Socialista desde 1977.

En realidad, solo ha ganado las elecciones legislativas en 2019, con 123 diputados en las que se celebraron en abril y 120 escaños en las que se repitieron en el mes de noviembre.

Nunca más ha ganado en su carrera, en 2023 fue derrotado nuevamente, aunque la dirección socialista repitió machaconamente aquel eslogan de «somos más», la realidad es que el PSOE obtuvo16 diputados menos que el Partido Popular.

Es decir, desde que Sánchez dirige el Partido Socialista, desde 2019 ha perdido votos permanentemente y casi todo el poder autonómico y el municipal.

Los sondeos electorales publicados en los últimos días indican que continúa lenta, pero progresivamente la pérdida de voto socialista y mejoran las expectativas de la derecha política.

Hay excepciones como el estudio del CIS y el de Iván Redondo que apuntan una recuperación socialista, pero incluso este último, que está hecho a medida, vaticina un hundimiento de Feijóo en favor de Vox, eso sí, otorga al bloque de derechas más de 180 diputados.

Obviamente, estas encuestas no son inocentes, tienen el objetivo de movilizar a los votantes socialistas con el miedo a que Vox tenga opciones a entrar en un gobierno. A Vox le va bien con la radicalización socialista y al PSOE le va bien cuando sus votantes perciben que la extrema derecha crece porque fideliza el voto.

Pero hay algo que tienen todos los estudios en común, que otorgan al PP y Vox juntos una holgada mayoría absoluta. La mayoría de ellos reflejan desgaste socialista y una fuga de votos desde el PP a Vox, pero sitúan a Feijóo con más de 145 diputados.

La conclusión es evidente, estamos ante un cambio de ciclo político. Lo esperable es que Sánchez ponga en marcha toda su maquinaria estratégica consistente en tensionar más la polarización para mantener fidelizado a su votante.

Habrá carnaza para Abascal en forma de propuestas aparentemente fuera de contexto, pero con alta carga ideológica. Muchos pensarán que se trata de incomodar al PP pero, en realidad, se trata de beneficiar a Vox que lo aprovechará para rearmar su espacio político. Las encuestas marcan cambio, pero Sánchez se defenderá con lo que pueda.