Sanidad
La eficacia de las mascarillas depende del ajuste al rostro
Los expertos alertan de “un alto nivel de certificados falsificados", emitidos por entidades que no tienen las correspondientes autorizaciones
El Instituto de Biomecánica (IBV) ha alertado este jueves de que la eficacia de mascarillas depende en gran medida del ajuste al rostro, y ha destacado la importancia de verificar los certificados de estos productos y que cumplen la regulación, pues se ha detectado documentación falsa.
El centro tecnológico está colaborando con numerosas empresas que han encontrado en el desarrollo de las mascarillas una vía para diversificar sus productos, como la compañía valenciana Sp-Berner, líder nacional en la fabricación de plásticos para el hogar.
El IBV ha realizado el diseño anatómico en el que se basa la ergonomía facial de la mascarilla para esta empresa, que tiene previsto realizar 50.000 mascarillas mensuales y exportar su producción a Europa y a otros continentes cuando esté cubierta la demanda nacional, según un comunicado del instituto.
El director de Innovación en Rehabilitación y Autonomía personal del Instituto de Biomecánica (IBV), Ignacio Bermejo, señala que “la adaptación antropométrica de las mascarillas es fundamental, por lo que hay que trabajar desde el diseño inicial en que el ajuste de la cara sea el preciso para cada uso, persona y situación”.
Conseguir ese buen ajuste pasa por “conocer la forma de la cara de la población objetivo, para lo que es recomendable analizar cómo cambian las partes clave de la cara de la población”, explica Bermejo, quien añade que solo así las empresas pueden saber si su diseño de mascarilla es adecuado, o si necesitan varias tallas.T
ras analizar los datos de escaneos en 3D realizados a más de mil niños, el centro de investigación ha programado medidas específicas de la cara y ha calculado los valores medios y extremos por grupos de edad, para la generación de patrones de mascarillas pediátricas de 3 a 12 años.
Además, alertan de que están apareciendo mascarillas con la documentación falsa, lo que genera “importantes riesgos para la salud” de las personas que las utilizan y de las que están alrededor, y se ha detectado “un alto nivel de certificados falsificados, emitidos por entidades que no tienen las correspondientes autorizaciones según la legislación actualmente vigente”.
Por ello, Bermejo explica que el IBV está realizando un “asesoramiento normativo para guiar a los fabricantes en el proceso de homologación de su producto”, como en el caso de la firma internacional de moda D-DUE.
Respeto a los materiales con los que se fabrican estos productos, el instituto señala que la eficiencia de filtración del material y de los componentes es “fundamental”, así como que tengan “una gran capacidad de deformación para adaptarse a caras que sean distintas”.
El IBV está colaborando con el consorcio de empresas liderado por la firma Polymer Innovation Force, compañía perteneciente al holding químico CFH, para la aplicación de recubrimientos con propiedades virucidas y bactericidas a mascarillas, de forma que mejoren su efectividad.
Estos recubrimientos, en fase de pruebas, se pueden usar en productos sanitarios como mascarillas, respiradores y otros elementos de protección individual, “pero también en superficies que tienen mucho contacto con la población como en tiendas, restaurantes y otros espacios públicos con mucha afluencia”, explica Carlos Atienza, director de Innovación de Tecnología Sanitaria del IBV.
El IBV también colabora con empresas y entidades valencianas como EMO, SOORIM, BIOINICIA e IATA-CSIC en el diseño y producción en impresión 3D de mascarillas FFP2 consideradas un Equipo de Protección Individual (EPI) adecuado para proteger frente al covid-19.
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