Salud
El confinamiento también provocó reglas irregulares y el olvido de la píldora
“Puede que luego haya un incremento de embarazos y seguramente muchos de ellos no van a ser deseados”
El incremento de los niveles de estrés y ansiedad durante el confinamiento obligado por la pandemia del coronavirus ha tenido como consecuencia desarreglos menstruales o el deseo de postergar el momento de tener hijos, pero también ha llevado a muchas mujeres a abandonar métodos anticonceptivos como la píldora.
Así lo asegura el doctor Antonio Cano, catedrático de Obstetricia y Ginecología de la Universitat de València (UV) y presidente de la Sociedad Europea de Menopausia y Andropausia, quien asegura que estas situaciones están reflejadas, en mayor o menor medida, en la literatura científica internacional relacionada con la COVID-19.
Según Cano, hay “muchísima evidencia” de que el confinamiento ha incrementado los niveles de ansiedad de las personas, con las alteraciones del sueño como uno de los indicares más claros, e incluso estudios avalan que hasta la mitad de los sanitarios ha mostrado niveles de ansiedad por encima de lo normal y que en la población general el porcentaje de afectación llegó al 20 o 30 por ciento.
Fertilidad y anticoncepción
En el caso concreto de la fertilidad, aunque se ha estudiado poco sí que hay constancia de que muchas parejas han decidido postergar la reproducción, el tener familia, pero “curiosamente” también han sido muchas las mujeres que han abandonado la anticoncepción regular que mantenían.
En este último aspecto, señala que lo que ha habido ha sido menos adherencia a métodos anticonceptivos que requieren una continuidad de uso, como la píldora, pero no en el caso de mujeres que llevan un dispositivo intrauterino o un sistema de implante que dura cinco años.
Pero cuando se requiere una continuidad, “parece que la propia ansiedad ha hecho que haya habido un mayor abandono de la disciplina de tomar diariamente la píldora”, precisa el experto."Es contradictorio -el deseo de no tener hijos con el de abandonar el método anticonceptivo- pero veremos a qué nos conduce esto porque, aunque aún es un poco pronto, puede que luego haya un incremento de embarazos y seguramente muchos de ellos no van a ser deseados", indica.
Desajustes menstruales
Durante el confinamiento también se han producido alteraciones menstruales, bien porque han dejado de tomar los anticonceptivos hormonales, con los que había una regulación artificial del ciclo menstrual, o por la ansiedad y el estrés que la situación provocada por la pandemia ha podido generar.
Respecto a los desajustes menstruales, Cano explica que con un cuadro de estrés se altera el funcionamiento de las hormonas; primero hay una alteración del ciclo y no se produce la ovulación y, si el proceso de agudiza, se produce una amenorrea (falta de menstruación).
Se trata de casos descritos en la literatura científica surgida de la COVID-19 pero no que hayan acudido a las consultas de Ginecología durante la pandemia, ya que durante el estado de alarma solo se han atendido especialmente los casos más urgentes e inaplazables.
No obstante, apunta que cuando se vuelva a la “nueva normalidad” y regresen las pacientes a las consultas, se irán viendo casos de mujeres que han pasado por estas situaciones durante el confinamiento.
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