Prevención
La rutina de los siete espejos para prevenir el cáncer de mama
“Me detecté un bulto como una canica. Nunca pensé que fuese un tumor”
Todos los días nos miramos en el espejo. Unos días no vemos con cara de cansadas, otros nos brillan los ojos de felicidad e incluso a veces nos miramos sin poner atención. Observar para prevenir, observar para vivir. Este es el mensaje que la Asociación Española contra el Cáncer en Valencia ha puesto en marcha una campaña, en el Día del Cáncer de Mama, para que las mujeres utilicen el espejo para detectar el cáncer de mama.
Observar es lo más importante, asegura la oncóloga Cristina Hernando, quien insiste en que la autoexploración debe realizarse a cualquier edad. “Cada vez hay más casos de cáncer en mujeres jóvenes de 30 y 20 años”, un grupo de edad que no entra en el sistema de prevención público, que funciona a partir de los 45 años. El cáncer de mama afecta a una de cada ocho mujeres y también puede producirse en hombres, en un 2 por ciento de los casos.
Los siete gestos frente al espejo que recomienda la Asociación Valenciana contra el cáncer son los siguientes:
1. Mírate al espejo. Mira al cáncer de mama.
2. Hay que observar si las mamas tienen la forma y el tamaño habitual
3. Comprobar si hay alguna diferencia ente un pecho y otro, la axila y otra, si hay algún bulto y si tienen la misma movilidad
4.Palpación: Tumbada boca arriba ve palpando la mama con los dedos juntos y estirados, haciendo círculos de fuera hacia dentro hasta rodear el pezón. Termina con la axila y reproduce el mismo movimiento.
5. Realiza el mismo movimiento con la otra mama.
6.Mamas y axilas. Con los brazos apoyados en las caderas, presiona hacia dentro para que se tensen los músculos pectorales. Comprueba que no existen hundimiento o abultamientos.
7. Mamas y axilas: Comprueba si hay alguna diferencia entre un pecho y otro, la axila y otra, si hay algún bulto y si tienen la misma movilidad.
Con estos siete espejos, que la asociación ha colocado junto a la plaza de toros de Valencia, se quiere hace hincapié, una vez más en que la detección precoz es vital. La oncóloga Hernando incide en la importancia de ver las diferencias en las mamas y las axilas, así como los cambios en el pezón. El primer paso es mirarse en el espejo para ver si hay diferencias entre las dos mamas, tanto con los brazos bajos como levantados y las manos en la cintura y a continuación, hay que palpar en todos los cuadrantes de la mama de manera profunda, con toda la mano.
El 98 por ciento de las mujeres a las que se le detecta en el primer estadio de la enfermedad sobreviven, según ha asegurado el vicepresidente de la asociación, Antonio Llombart. Como en otros tipos de cáncer, la detección precoz se ha visto resentida durante la pandemia. Un 21 por ciento de los casos de cáncer no fueron diagnosticados en 2020, según datos que maneja esta entidad.
“Me noté una canica perfecta”
Julia Castro, se descubrió un bulto en el pecho cuando tenía 39 años. Acababa de dar a luz a su segundo hijo, se estaba autoexplorando y se notó una “canica perfecta”. Al principio no le dio importancia porque me le decían que igual era una poco de leche calcificada debido a la lactancia materna.
“Yo misma me decía que no podía ser tan fácilmente detectable. Pensaba que sería un bulto más escondido. No pasaba por mi cabeza que pudiera ser cáncer. Una persona joven, me acaba de reincorporar al trabajo, no tengo antecedentes familiares... pero aceleré las revisiones, las mamografías y cuando vi la cara al doctor lo vi claro. Tenía cáncer”.
Hasta que no le hicieron la operación no supo la envergadura de mi tumor. “Me hicieron el vaciamiento axilar y me dijeron que tendría que estar un año o año y medio dedicado para mí. No me lo podía creer, yo le contesté que era imposible, que trabajaba, que tenía hijos... Hazte a la idea, es la realidad”.
Hoy relata con valentía y con muchas ganas de difundir la importancia de la prevención cómo vivió este proceso. “Fueron seis meses de quimioterapia, con los correspondientes cambios en tu cuerpo... luego vino la radioterapia y acabé con las vacunas. Fue un proceso largo y complicado. Fue el diagnóstico precoz fue lo que ha permitido salir con vida”.
Ahora, incluso da las gracias por el tipo de cáncer que padeció. El de mama tiene una alta supervivencia y añade, “no fue en pandemia. Si lo dejo pasar por la circunstancia médicas... Sé que le ha pasado a muchas mujeres y lo están pasando peor”.
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