Diez geriatras para más de un millón de valencianos

En la Comunidad Valenciana viven 1.005.696 personas mayores de 65 años. Aunque el hecho de ser mayor de 65 años no significa que la persona requiera de la atención médica de un geriatra, es a partir de dicha edad cuando se inicia el proceso de la vejez y con él, aparecen las dolencias propias de la tercera edad. Es a partir de los 75 años cuando el geriatra, con toda seguridad, debe hacer acto de presencia.

Pues bien, para atender a este sector de la población la Sanidad valenciana cuenta con la inexplicable cifra de diez geriatras. De dichas plazas, según el sindicato CSIF, siete se hallan ubicadas en Valencia y tres en Alicante. El especialista valenciano en Geriatría Juan Doménech recuerda que, según la American Geriatrics Society, lo ideal es contar con un geriatra por cada 10.000 habitantes mayores de 75 años, por lo que en la región se necesitarían 101 médicos con dicha especialidad para atender a este sector poblacional.

Doménech denuncia no solamente la falta de médicos especialistas en este colectivo, sino que, además, los pocos que existen están infrautilizados, y en los hospitales se destinan a medicina interna o a la atención domiciliaria.

De este modo, si una persona de, por ejemplo, 80 años, ingresa en un hospital de la Comunidad con una enfermedad cardíaca, será ingresado en la unidad de Cardiología, donde se le tratará para dicha dolencia, sin atender al resto de los problemas propios de su edad, como los problemas de movilidad o la fragilidad emocional, de manera que, en muchas ocasiones, abandonan el hospital muy deteriorados.

Doménech subraya la necesidad flagrante de unidades hospitalarias de geriatría con camas de agudos y de media estancia especializadas en las personas de edad avanzada. Recuerda que la necesidad de camas hospitalarias de agudos en esta especialidad es de 1,6 por 1.000 personas mayores de 75 años, lo que representa una necesidad en la Comunidad Valenciana de 760 camas para atender de forma especializada.

La Comunidad Valenciana es, junto a Andalucía, Cataluña y País Vasco, de las únicas que no cuentan con estas unidades especializadas en los hospitales. Para que nos hagamos una idea, es como si los niños no contaran con una planta de Pediatría, o los enfermos del corazón con una unidad de Cardiología.

Además, dice, se debe implantar de inmediato la unidad de geriatría como parte fundamental de la atención integral de este grupo poblacional en el domicilio, tanto en el aspecto asistencial como preventivo, evitando de esta forma ingresos innecesarios y manteniendo al anciano en su casa y en su ambiente.

En opinión de Doménech, la creación de estas unidades requiere de la formación de una Comisión Mixta entre Sanidad y Bienestar Social, en la que se analicen todas las necesidades de los ancianos, no solamente de salud, sino de atención domiciliaria, psicológica, cuidados específicos y fisioterapeutas.

“Todos estos datos fríos deberían objetivarse por medio de una encuesta de salud entre la población mayor de 65 años. Se debe realizar por departamentos de salud y estar diseñada para poder determinar todas las necesidades familiares, sociales, físicas, funcionales, mentales y económicas, que nos permita dar respuestas integrales y multidisciplinares”, indica Doménech, quien señala que “únicamente conociendo las necesidades reales de la población anciana, podremos saber el número necesario de geriatras en la Comunidad Valenciana”.