Una año de la dana
Un año después, ni una obra hidráulica del Gobierno está licitada: "No hacen caso a los ingenieros"
Los ingenieros de caminos reclaman celeridad y facilidades administrativas: "Si Sánchez dice que es una emergencia climática, que se tramite como tal"
Un año después de la riada, las máquinas están trabajando en algunos barrancos, pero las grandes obras hídricas del Gobierno de España para prevenir inundaciones siguen, en el mejor de los casos, superando trámites administrativos. La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Sara Aagesen, presentó en Valencia siete meses después de la dana ocho actuaciones, la mitad de las cuales ya estaban previstas desde hace más de una década por un valor de casi 470 millones de euros. Aagesen dijo que el objetivo era que la licitación de las obras comenzase en 2025 para que en 2026 se pudiesen ver ya los avances, pero la realidad es que no hay ninguna ni licitada y los vecinos, alcaldes e ingenieros reclaman celeridad.
«La tramitación es horrible, es tediosa. El presidente del Gobierno dice que estamos en una emergencia climática, bueno pues si es una emergencia no puedes tramitar los proyectos de la misma forma que si no la hubiera», afirma a LA RAZÓN José Trigueros, presidente de la Asociación de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos y de la Ingeniería Civil, que resume así la falta de mecanismos extraordinarios para la licitación de obras públicas.
El ingeniero asegura que no han sido consultados sobre estas obras: «No nos hacen ni caso», y recuerda que llevan años denunciando que se han demonizado las obras hidráulicas.
Muchas estaba previsto hacerlas en 2010, pero se han relegado para hacer otro tipo de infraestructuras «verdes». «No hablo de presas, ya solamente el desvío del barranco de la Saleta y el del Poyo hubiera evitado no todas las víctimas, pero sí muchas», especifica Trigueros, que añade que deberían ser las primeras en la lista de prioridades.
El presidente de los Ingenieros de Caminos afirma que si no se han hecho las obras hídricas ha sido porque con la crisis faltaba presupuesto y no se le dio prioridad. Trigueros aboga por que estas obras pasen al Ministerio de Fomento o Transportes y no al de Transición Ecológica, con menos presupuesto, conocimiento y experiencia en obra pública. «De las nueve Confederaciones solo cuatro presidentes son ingenieros de Caminos, uno de ellos es el de la del Júcar, y no es que podamos felicitarnos mucho de su trabajo. No hay una capacitación técnica para exigir lo que es necesario».
Solicita a la Administración que se haga caso al informe «Tras la dana: Rehacer, transformar. Propuestas para el futuro», realizado por la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV) y dirigido por el ingeniero de caminos Vicent Esteban, que cifró en 1.763 millones la inversión en obras hidráulicas necesaria, una cantidad que casi multiplica por cuatro lo prometido por el Gobierno y que, a juicio de Trigueros «no es una cifra disparatada». El especialista insiste en que se ha politizado si es mejor hacer una presa o una restauración hidrológica forestal, pero todo es necesario. «Hay que hacer las tres cosas: la restauración en cabecera, las presas y llanuras de inundación, los llamados parques inundables y también tanques de tormenta».
Trigueros dice que firmaría que «todas las obras estuvieran en cinco años iniciadas», un horizonte que ve difícil.