Opinión. A través del espejo

Hablamos del suicidio, se lo debemos a "todas las niñas amarillas"

Los profesores no tienen suficientes medios ni formación para actuar frente a las conductas suicidas

Portada del libro de María de Quesada, "La niña amarilla", relatos suicidas desde el amor
Portada del libro de María de Quesada, "La niña amarilla", relatos suicidas desde el amorLa Razón

Poner cara a un titular es muy duro. No es lo mismo escribir de una persona que ha muerto en un accidente de coche que saber quién era, a qué se dedicaba y pensar en lo efímera que es la vida. Tampoco es igual escribir sobre la presión a la que están sometidos los docentes ante el aumento de las conductas suicidas que conocer a un profesor que te cuenta que tiene una alumna ingresada en el hospital porque ha intentando desaparecer.

La pena aumenta cuando te dice que dio señales de aviso, que ya había tenido pensamientos suicidas el curso pasado y que él, que es su tutor, se entera ahora, cuando afortunadamente no ha logrado su propósito. Tampoco sabe cómo actuar si vuelve a clase.

Podemos hablar de protocolos, de mesas de actuación, de campañas de sensibilización, pero si en este centro educativo, como ocurre en otros muchos, no hay manera de proteger y ayudar a las personas que no encuentran otra salida- y sí, siempre la hay- queda un largo camino por recorrer. La prueba la tenemos en el instituto de Mislata en el que la dirección dimitió por sentirse impotente para atender estos casos.

La Razón Comunitat Valenciana entregó este martes sus premios anuales.

En ellos se distinguen a empresas, a personalidades y a asociaciones para ayudarles a dar a conocer su labor. Todos son ejemplos de trabajo y tesón, pero la actualidad me lleva a destacar a la Asociación La Niña Amarilla, una organización creada para ayudar a la prevención del suicidio desde visibilización y su correcta comunicación. Porque comunicar bien salva vidas.

Pocas cosas hay más importante que promover acciones y políticas que eviten una muerte.

Por todas las «niñas amarillas» por todos los que alguna vez creían que la única manera de dejar de sufrir era desaparecer hablemos bien del suicidio y pongamos soluciones. Se lo debemos a ellas.

Teléfonos de ayuda: 024/ 061/ 112/ 717 003 717/ 911 385 385