Amamantando la vida
Manual para disfrutar de la lactancia (I)
Con paciencia y apoyo, la lactancia puede ser una experiencia gratificante y beneficiosa para la madre y el bebé
Los bebés son seres complejos y es cierto que cada bebé es único y su conducta puede ser muy diferente al de otros. Muchos son los factores que pueden influir en su comportamiento, como su temperamento, su entorno, su desarrollo físico y cognitivo. Por ello, es común que los padres especialmente los primerizos se sientan abrumados y confundidos en los primeros días con la lactancia.
La lactancia materna es un proceso natural, que puede comenzar siendo difícil al principio debido a la falta de experiencia y al aprendizaje necesario para establecer una buena técnica de lactancia. Considerando que cada circunstancia es única, es normal que haya algunos desafíos a lo largo del camino, por ello, es fundamental que los padres reciban apoyo y asesoramiento de un profesional de la salud, por ejemplo, una enfermera especializada en lactancia materna o un consultor de lactancia, que ayudarán a establecer una técnica de lactancia efectiva y resolver cualquier problema o duda. Con paciencia y apoyo, la lactancia puede ser una experiencia gratificante y beneficiosa para la madre y el bebé.
Una de las cosas más importantes durante la lactancia es el contacto físico constante entre la díada madre-bebé, ayudando con ello a mejorar la lactancia y aumentar el vínculo afectivo entre ambos, permitiendo a la madre estar más atenta, observar y descifrar mejor las señales de hambre, sueño o incomodidad que el bebé envía. Esto contribuye a que la madre pueda responder de forma adecuada y rápida, a la par que reducir el estrés y la ansiedad, tanto en ella como en el lactante, favoreciendo el desarrollo neurológico y cognitivo del bebé.
Es cierto que, en general, la sociedad tiene una percepción negativa o estigmatizada del contacto estrecho entre la madre y el bebé, con frases tan lapidarias como que, con ello lo acostumbramos a estar en brazos volviéndolos dependientes.
Los padres se enfrentan a este tipo de consejos y recomendaciones de las personas de su entorno, incluso de aquellas que no han amamantado nunca. Esto se debe a razones como una educación y creencias personales, que mantienen este tipo de información errónea propagándola sin sentido como la pólvora, o simplemente, porque la lactancia materna es un tema que a menudo se discute en una sociedad que ha perdido la cultural del amamantamiento.
Los bebés no se acostumbran a ser sostenidos, sino que necesitan ser sostenidos para desarrollarse adecuadamente. De hecho, los estudios han demostrado que los bebés que son sostenidos y acariciados con frecuencia tienden a ser más seguros, confiados y tranquilos que aquellos que no lo son.
Por lo tanto, es importante para el desarrollo del bebé que se le sostenga con frecuencia y que se le brinde continuamente atención y afecto. No hay un límite específico de tiempo para ello, cada bebé es diferente y tiene diferentes necesidades. Lo importante es que los cuidadores estén atentos a sus señales y lo mantengan en brazos y amamanten siempre que lo necesite.
Es crucial recordar que la lactancia materna es una experiencia personal y única para cada díada madre-bebé, y lo que funciona para una persona puede no funcionar para otra. Los recién nacidos suelen amamantar con frecuencia, a veces cada hora, y pueden pasar más tiempo en un seno que en el otro. Con el tiempo, a medida que el bebé crece la duración y frecuencia de las tomas disminuirá. Es esencial que los padres reciban información precisa y actualizada sobre la lactancia materna de fuentes fiables, como los profesionales de la salud y organizaciones de lactancia materna.
Una de las mayores inseguridades que presentan las madres que amamantan es saber si su bebé está tomando suficiente leche materna.
A diferencia de la alimentación con biberón, en el pecho no se puede medir la cantidad de leche que el bebé está tomando. El pecho no es transparente ni tiene rayitas. Tampoco es necesario que así sea, ya que, los recién nacidos no son «marcianos» y cada uno tiene un patrón de alimentación diferente. Algunos bebés pueden alimentarse rápidamente y otros pueden tomar más tiempo para completar una toma, especialmente durante sus primeras semanas de vida.
La preocupación aumenta cuando un bebé no gana peso «suficiente» poniendo de nuevo en duda la producción de leche en la madre, aun sin ser esta la mayoría de las veces la responsable. En el próximo artículo explicaremos cómo saber si el bebé toma suficiente leche.
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