Economía
Montero asfixia a la Generalitat y peligran ya servicios básicos
Hacienda debe al Consell 3.800 millones de euros entre el FLA extraordinario y las entregas a cuenta que siguen sin actualizar
Ha pasado ya más de un mes desde que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, anunciara el déficit público del conjunto de las Administraciones Públicas y desde la Generalitat valenciana todavía no saben nada de cuándo entregará el Gobierno el dinero que corresponde a las comunidades autónomas.
Desde el Ministerio de Hacienda habían comunicado que una vez se conociera el déficit de todas las comunidades autónomas procederían a actualizar las entregas a cuenta para este año, una vez que el propio Pedro Sánchez aceptó públicamente que sería incapaz de presentar unos Presupuestos Generales del Estado para el año 2025, mecanismo habitual.
El año pasado, Hacienda retrasó hasta septiembre el pago estirando una negociación de Presupuestos que no llegó a ningún puerto y acabó actualizándolo por decreto, mismo mecanismo que deberá repetir este año, pero desde el Consell no se explican por qué no lo hace ya. «No hay novedad. Seguimos sin recibir respuesta del FLA extraordinario y no han actualizado los sistemas a cuenta», critican fuentes del Consell.
Con el mes de abril ya finalizado, las cuentas públicas valencianas han dejado de recibir ya 800 millones de euros que le corresponden este curso, que ascienden a 13.883 millones. Aunque desde el PSPV defienden que Hacienda adelantó 500 millones de euros en enero ante la petición del Consell, esto ha quedado ya desfasado ante lo que el gobierno valenciano considera un injustificado retraso.
A finales de marzo, la consellera de Hacienda, Ruth Merino, tuvo que recurrir al Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) para solicitar una transferencia temporal que permitiese atender puntualmente el abono de los servicios públicos fundamentales el mes de abril. Ahora comienza mayo y la situación de las cuentas de la Comunitat vuelve a ser crítica.
A la actualización pendiente se suma la repentina retirada que la ministra Montero hizo en el pasado Consejo de Política Fiscal y Financiera de la aprobación del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) extraordinario, un mecanismo creado en 2012 para atender el exceso de déficit de comunidades autónomas con infrafinanciación.
La Comunitat es junto con la Región de Murcia la peor financiada de toda España, lo que ha llevado a una situación insostenible: en los últimos diez años, la deuda pública ha subido de 40.000 millones de euros a rozar los 60.000 millones en 2024, lo que implica un 40,7% con respecto al PIB regional, el porcentaje más alto de cualquier comunidad española. «Cada valenciano cuenta con unos 265 euros menos por habitante que la media española, pero respecto a la comunidad que más recibe, (Cantabria) hay una diferencia de 865 euros», se quejó la consellera tras presentar los Presupuestos autonómicos para 2025, pendientes de aprobar.
Estos se han redactado con un déficit previsto del 1,15%, muy por encima del 0,1% que pidió Montero, pero que desde el Consell definen como «realista» ya que equivale a 1.788 millones de euros, una cantidad similar a los 1.782 millones de euros que el comité de expertos de Les Corts cifró para el fondo transitorio de nivelación que regularía el desfase en la financiación autonómica.
Este año, el Consell buscaba financiar el exceso de déficit del año anterior de alrededor de 3.000 millones de euros con el FLA extraordinario, pero por el momento no solo no ha sido así, sino que la reconstrucción tras la riada supondrá más deuda para los valencianos. Sánchez no ha dado ni un euro a fondo perdido para pagar la reconstrucción, algo que sí hizo en 2020 y 2021, cuando el Botànic sí recibió 3.000 millones de euros del FLA extraordinario para la recuperación tras la pandemia. Si sumamos las entregas a cuenta y el FLA extraordinario, la Generalitat está dejando de cobrar este 2025 un total de 3.800 millones de euros de dinero que el Estado debe por infrafinanciación.
Fuentes del Consell aluden a que desde Hacienda saben de la precaria situación de las cuentas regionales valencianas, pero aún así no hacen nada y con esa dejadez demuestran su falta de empatía y preocupación con una región que todavía intenta reconstruir su tejido económico seis meses después de la dana.