Historia

El Palacio Real que albergó a monarcas y virreyes y del que solo queda una escalera

En su lugar se encuentran en la actualidad los denominados Jardines del Real o Viveros

Los Jardines del Real son uno de los principales pulmones verdes de la ciudad
Los Jardines del Real son uno de los principales pulmones verdes de la ciudadLa Razón

Lo que hoy en día todos los valencianos y turistas conocen como los Jardines de Viveros o Jardines del Real, fueron en su día el terreno en el que se ubicaba el conocido como Palacio del Real o de las 300 llaves, en referencia al número de habitaciones que contenía.

Esta espectacular construcción nació como finca de recreo musulmana, continuó como palacio de los reyes de Aragón y Valencia, tras la unión dinástica de Aragón y Castilla sería residencia oficial de los virreyes de Valencia, para acabar siendo Capitanía General hasta su destrucción en 1810.

Según los planos rescatados por el profesor Giner Boira, se trataba de un gran edificio, su fachada principal llegó a alcanzar los 200 metros y dispuso de varias torres bien fortificadas, algo imprescindible debido a que el estar extramuros de la ciudad lo hacía fácilmente vulnerable en caso de guerra.

En 1363, durante las guerras entre Castilla y Aragón, el palacio fue incendiado por las tropas castellanas en su sitio de la ciudad. Fue reedificado por Pedro el Ceremonioso (1336-1387) y posteriormente ampliado por el rey Alfonso el Magnánimo (1416-1458).

Oficialmente su demolición en la Guerra de Independencia, 12 de marzo de 1810, fue una supuesta estrategia militar para no permitir un bastión desde donde se pudieran hacer fuertes las tropas napoleónicas invasoras, y bombardear la ciudad. Si bien de poco sirvió, pues atacaron por otro flanco y las tropas españolas terminaron entregando la ciudad sin luchar, a cambio de poder marchar a Alicante, todo ello pese a que en el primer sitio, el 28 de junio de 1808, los valencianos derrotaron a los franceses dirigidos por Moncey en las Torres de Quart, que con multitud de bajas fueron obligados a retroceder a Madrid.

En los mismos jardines se puede observar unas escalinatas que según la tradición, respaldada por las posteriores investigaciones arqueológicas, pertenecieron al palacio.

De otros restos pequeños se tiene constancia en Sevilla y otros lugares.