Infraestructuras hidráulicas
«No puede haber leyes dogmáticas que impidan proteger a las personas»
El presidente de los contratistas de obra pública, José Luis Santa Isabel, pide la ejecución de las presas para reducir el impacto de futuras DANA
Esta misma semana la Generalitat valenciana ha anunciado que cambiará de manera urgente la Ley de la Huerta para evitar que esta norma pueda seguir paralizando infraestructuras claves para proteger a la población de futuras inundaciones. El presidente de Fecoval (Federación de Contratistas de Obras de la Administración de la Comunitat Valenciana), José Luis Santa Isabel, insiste en la necesidad de modificar cuanto antes la ley de la Huerta, pues impide la ejecución de una obra para encauzar el barranco del Poyo, concretamente «la adecuación y encauzamiento de Aldaia y drenaje de caudales del barranco del Poyo».
La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) confirmó a LA RAZÓN que el citado proyecto «está redactado y pendiente del pronunciamiento ambiental por incompatibilidades con la Ley de protección de la Huerta».
«Hay que terminar con las leyes dogmáticas. Si la obra es de interés público, para defender a las poblaciones, no hay ley que se pueda poner por encima», afirma Santa Isabel al respecto. Añade que esta ley también puede haberse utilizado como excusa para no hacer este tipo de obras. «La realidad es que no se quería poner dinero».
Argumenta además los motivos por los que la Comunitat Valenciana no puede prescindir de este tipo de obras.
Explica que el territorio valenciano tiene un gran número de montañas muy cerca del mar y una franja litoral es muy pequeña. «Los ríos que tenemos están llenos de barrancos en un recorrido muy corto y con mucha pendiente. Empiezan en 900 metros y bajamos a cero al mar en 50 kilómetros. Eso es mucha pendiente, cuando el agua baja lo hace con mucha fuerza. Las cuencas deberían estar conectadas en la parte de arriba. Eso hubiese reducido los daños».
Santa Isabel, que es ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, insiste en que el mayor problema no es la cantidad de agua que pueda llegar en episodios similares a los de la DANA, sino la velocidad con la que lo hace. «Solo se puede regular haciendo presas, azudes o depósitos de tormentas».
El presidente de Fecoval habla también claro sobre la limpieza de los cauces. «El daño se produce porque el agua llega a mucha velocidad y llena de residuos que bloqueaban y rompían las todo a su paso, con lo cual, cogía más fuerza. En nuestros ríos o barrancos no es conveniente que haya cañas porque no laminan el agua, eso puede funcionar en el Ródano. El agua arranca las cañas y se las lleva. Los romanos ya construían casas con barro y cañas. Se hace una masa».
Explica además que los barrancos no tienen una anchura uniforme. Hay puntos de 15 metros y otros de 400, cuando llega al pequeño, se desborda con rapidez. Como ejemplo dice que en Paiporta el agua subió de cero a 1,80 en tres minutos y medio. «La gente no tuvo tiempo de reaccionar».
Además de este debate sobre la normativa, Santa Isabel también reclama que se estudie si es prudente volver a construir las casas que han sido destrozadas por el agua en el mismo sitio. «Hay que hacer un buen estudio técnico para determinarlo y hay que hacerlo rápido».
También considera que es imprescindible replantear si hay que reconstruir determinadas infraestructuras igual que están. «Si siempre entra el agua por el mismo punto en la A-3 habrá que rediseñarla para que el agua no pase por encima».
Insiste en que la inversión en obra pública se ha demostrado que puede salvar vidas. «Ahora tenemos a medio millón de personas afectadas por no haber ejecutado las infraestructuras necesarias. Está claro que la DANA hubiera hecho menos daño». Por eso, concluye: «La obra pública no es un gasto, en una inversión y son tan necesarias como la educación o la sanidad».
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