Buscar Iniciar sesión

11 de septiembre de 1973: el Golpe de Estado en 11 películas

El Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, la muerte de Allende y la dictadura de Pinochet han sido objeto de varias películas
Cine y memoria: el 11 de septiembre en 11 películas
Cine y memoria: el 11 de septiembre en 11 películasLA RAZÓN / ARC.
La Razón
  • Matías G. Rebolledo

    Matías G. Rebolledo

Madrid Creada:

Última actualización:

El 11 de septiembre de 1973 quedará marcado, a fuego y plomo, en la historia de la infamia democrática por el Golpe de Estado que tuvo lugar en Chile. Tras meses de asedio a la economía por parte de agentes internacionales, la infiltración de insurgentes patrocinados por el gobierno de Estados Unidos y las ansias de poder del general Augusto Pinochet, el país trasandino quedaba a expensas de una dictadura que se prolongaría durante casi dos décadas. Salvador Allende, el presidente del país, fallecía ese mismo día en el Palacio de La Moneda, bombardeado por los aviones de su propio ejército. Sin embargo, uno de los episodios más negros de la historia de las libertades no ha tenido el eco que se podría esperar de una desgracia de ese calibre, quedando relegado a pulsiones personales, trabajos documentales y esfuerzos con calidad de obra maestra, pero que no han encontrado un hueco masivo en una industria dominada por el mismo país que hizo posible la logística de la barbarie.
Cuando se cumple el 50º. Aniversario del Golpe de Estado, es de rigor recuperar 11 obras cinematográficas que ayudan a entender qué ocurrió el 11 de septiembre en Chile y que consecuencias tuvo. No solo para la sociedad chilena, dividida y resquebrajada ya desde antes del primer disparo, si no también para la izquierda y el progresismo globales, que vieron en la gestión de Allende un modelo a imitar o uno a evitar a toda costa. Nombres como los de Patricio Guzmán o Pablo Larraín se repiten, puesto que han incidido con su cine en varios ángulos de la infamia, pero también encontramos acercamientos internacionalistas, en femenino o en clave de sátira, puesto que cincuenta años son muchos en cuanto al cine se refiere, pero apenas un suspiro si hablamos de una memoria que todavía tiene que ser reconstruida.
"La batalla de Chile", de 1975
"La batalla de Chile", de 1975LA RAZÓN
Sin duda, la película que mejor ayuda a entender qué pasó en Chile antes y durante el Golpe de Estado. Considerado uno de los mejores documentales de la historia, este tríptico de Guzmán no solo explica de manera directa todos los papeles de todos los actores del hecho histórico, si no que además se sirve de un material, fuente de primera mano, de absolutamente todos los frentes abiertos. Desde la división ciudadana, plasmada en un primer capítulo al que se recurre siempre para explicar el hartazgo de las clases populares y la desidia del chileno burgués, hasta los juicios sumarios a los patrones, colectividades ajenas al Gobierno de Allende y tomas de fábricas en contra del despotismo fabril. Objeto también de numerosas revisiones y codas a lo largo del tiempo, Guzmán narra aquí la muerte del sueño, los adoquines que seguía habiendo bajo los adoquines. De libre circulación, se puede encontrar en plataformas como Arte.tv.
"Machuca", de 2004
"Machuca", de 2004LA RAZÓN
La película de Andrés Wood, además de una de las primeras grandes aventuras del cine chileno como industria (recorrió todos los grandes festivales), se ha convertido en una especie de relato mítico de las consecuencias del golpe. A través de dos amigos en edad escolar, el director de "Violeta se fue a los cielos" (2011) va explicando escena a escena la extensión del fascismo para con la educación. Y, con las mecánicas de un juego de niños, la película es capaz de encontrar al espectador en el mar de dudas sobre la percepción pública de la infamia, desde lo temporal hasta lo espacial. Menos sesuda que el resto de películas de la lista, es quizá la mejor para empezar a entender el hecho en sus matices más inmediatos, acercando la violencia pinochetista a quien apenas tenga consciencia de ella.
"Santiago, Italia", de 2018
"Santiago, Italia", de 2018LA RAZÓN
Tras años de debates internos, sobre si adoptar tesis internacionalistas o centrarse en la siempre fallida izquierda italiana, Nanni Moretti firma aquí un documental de autor. Dolorosa, trágica y solemne, la película cuenta cómo la embajada italiana de Santiago se convirtió en refugio y lugar de huida para tantos, represaliados y sospechosos de convertirse en, antes y después del Golpe de Estado. Obra magna del director de "Caro diario", la película es útil para comprender la labor diplomática y su importancia para con la propia sociedad chilena. De hecho, ahonda también en otro de los traumas sin resolver del país: el de los exiliados. Normalmente pudientes, salieron del país con lo puesto, dejando atrás a los más pobres y vulnerables, para encontrarse ya en el nuevo siglo con un país que gobernar o explotar.
"No", de 2012
"No", de 2012LA RAZÓN
Antes de hacer carrera en Hollywood, Pablo Larraín firmó en Chile la que bien podría ser su película más importante. Ubicada a finales de los ochenta, cuando el cínico gobierno de Pinochet convocó un referéndum para decidir si seguía o no en el cargo, "No" se centra en la campaña democrática, a la que pone rostro el mexicano Gael García Bernal. Vibrante en referencias pop y escrita a cuatro manos por Antonio Skármeta y Pedro Peirano, la película explica a la perfección la división del pueblo chileno entre aquellos cómodos con el estado policial y aquellos que creían en un país mejor. Idealista y bienintencionada, quizá tiene un valor más arqueológico que estrictamente cinematográfico, puesto que se inscribe en una tradición turnista-bipartidista en el gobierno chileno (rota en 2020) y está hecha por y para un país que, de facto, ya no existe.
Salvador Allende
Salvador AllendeLA RAZÓNLA RAZÓN
Quizá el trabajo más hagiográfico de Guzmán, dada su cercanía con la figura del Presidente Allende. A través de entrevistas y reconstrucciones en el lugar de los hechos, al que siempre le ha costado volver, el director intercala la biografía al uso del político, desde su nacimiento hasta sus amantes, con la del político, la del líder, y que lo acaba impregnando todo. Profundamente sentida y nostálgica, hasta melancólica para con las oportunidades perdidas que entiende Guzmán significaron su muerte, se trata de una película didáctica, convencida de su adhesión y en cierto sentido benévola de más, pero siempre útil para entender de fondo al personaje. Cuesta pensar eso sí, con el eje de la centralidad desplazado hacia la progresía, qué dirían los entrevistados del desempeño del Presidente Boric, por ejemplo, igual de asediado por los medios en un período aún más corto de tiempo.
"1976", de 2022
"1976", de 2022LA RAZÓN
Mucho más reciente que otras películas de la lista y, por ello, narrada en términos contemporáneos de fondo y forma, "1976" utiliza las consecuencias del golpe a su favor para contar una historia extraordinaria. Instalada en el costumbrismo cuico (la palabra chilena para lo pijo), cuenta la historia de una mujer que se marcha a su residencia en la playa y descubre que el cura familiar está escondiendo a un joven buscado por los carabineros por "revolucionario". La ayuda que Carmen, la protagonista, comienza a prestar al prófugo es utilizada por Martelli para rayas en las angustias, las de una mujer marcada por su posición (social y familiar) y las de un país secuestrado por la esquizofrenia colectiva y las manías persecutorias.
"Los perros", de 2022
"Los perros", de 2022LA RAZÓN
Y si bien muchas películas de entre las aquí elegidas se alejan de 1973 para reconstruir la barbarie, "Los perros" se aleja por completo del contexto golpista. De la manera más inteligente posible. La película de Saïd, responsable también del imperdible documental sobre el macabro fenómeno fan alrededor de Pinochet llamado "I love Pinochet" (2001), firma aquí un estudio de la impunidad. Así es como el personaje de Antonia Zegers (en la foto) da con el de Alfredo Castro, un célebre domador de caballos cuyo pasado se mantiene entre penumbras. Claro está, en relación a la dictadura y a los gendarmes de la muerte que torturaban de la peor manera posible a los presos políticos. Una película sobre los silencios, los de ahora y los de siempre, y casi un relato de terror que bien podría clasificarse como una de las mejores películas de terror de todo el cine latinoamericano.
"Desaparecido", de 1982
"Desaparecido", de 1982LA RAZÓN
Aunque, como mencionábamos, Hollywood nunca se ha acercado de manera sincera (por propia vergüenza) al Golpe de Estado en Chile, sigue habiendo ejemplos de excelencia en la materia. Difícil es encajar a un cineasta como Costa-Gavras en la idea de Hollywood hegemónica, sí, pero estamos ante una película protagonizada por Jack Lemmon y Sissy Spacek que se acabó alzando con el Oscar al Mejor Guion Adaptado. Impresionante por sus escenas rodadas simulando el Estadio Nacional de Santiago, en Ñuñoa y lugar de cientos de torturas, la película cuenta la investigación de una esposa y un padre en busca de un detenido-desaparecido. Tan solo la nacionalidad del detenido, un escritor estadounidense, dio con el foco del gran cine en la barbarie, uno que ni siquiera se ha molestado en volver ya a cincuenta años de los terribles hechos.
"El Conde", de 2023
"El Conde", de 2023LA RAZÓN
La última de las películas para entender Chile, el Golpe de Estado y la Dictadura de Pinochet no podía ser otra que la más reciente. Ganadora del premio al Mejor Guion en el reciente Festival de Venecia y dirigida, de nuevo, por Pablo Larraín, "El Conde" es un acercamiento al dictador en clave de sátira. El director, que por primera vez se acerca al militar de manera directa, lo hace imaginándoselo como un vampiro que lleva 200 años en plena actividad, solo interrumpida por unas acusaciones de robo. Con esta película, además de conseguir un esfuerzo histórico para volver a poner el foco en la infamia, Larraín firma un acercamiento clave para desacralizar el relato: Pinochet fue responsable de miles de muertes, sí. Pinochet fue un dictador, sí. Pero sobre todas las cosas, Pinochet fue un ladrón y un saqueador del erario público chileno.