El esfuerzo de Javier Camarena
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Tenor: Javier Camarena. Piano: Ángel Rodríguez. Barcelona, 18-1-2020, Gran Teatro del Liceo.
La gira de recitales con motivo de los veinticinco años de carrera del tenor mexicano Javier Camarena daba su pistoletazo de salida nada menos que en el Gran Teatro del Liceo. La expectación era enorme y habiéndose vendido todo el aforo hubo de ponerse varias filas extra de sillas en el escenario alrededor del artista para cubrir la demanda de entradas.
Lástima que Camarena tuviese que anunciar que llevaba enfermo quince días con un proceso gripal con tos que no había podido curarse todavía pero que estaba dispuesto a cantar todo el programa de la velada. El público aplaudió la propuesta y la entrega del joven artista dispuesto a disfrutar de su arte aunque no fuese al cien por cien de sus facultades. Él hizo honor a su palabra y desgranó el programa oficial completamente dedicado al repertorio operístico con especial atención a la ópera francesa.
Su «Ah! Lève-toi soleil» del «Roméo et Juliette», de Gounod sonó franco, elegante y con unos agudos exquisitos, solamente el registro grave sonó un punto reseco. Igualmente la pirotecnia vocal con que alcanzó y ofreció los complejos agudos del aria de Donizetti de «La favorite» destacaron por su eficacia y expresividad, manteniendo la elegancia de su timbre, el excelente fraseo y su cuidada técnica en la bellísima aria de «Le roi d’Ys» de Lalo. Para finalizar la primera parte con dos arias de Donizetti la primera de «Dom Sébastien» y tras ella la popular «Ah! Mes amis, quel jour de fête…» de «La fille du régiment» que fue todo un alarde de entrega.
Un móvil inoportuno
Tras el descanso y unas breves toses y comentarios con el público tras tener que reiniciarse la primera aria a causa de una llamada telefónica inoportuna de un espectador el tenor mexicano abordó un aria de Bellini de «I Capuleti e i Montecchi» muy bien fraseada e interpretada para quedarse un poco tocado en la difícil «Tombe degli avi miei…Fra poco a me ricovero» de la «Lucía de Lammermoor» al rompérsele una nota de forma muy visible. Entonces ya tuvo que andarse con mucho cuidado y mostrarse más recatado en sus dos ultimas intervenciones. El público agradeció su entrega y le arropó con numerosos minutos de aplausos y bravos y Camarena le correspondió con dos propinas.
La primera la romanza «Flor roja» de «Los Gavilanes» de Jacinto Guerrero y la segunda dedicada al público local, la catalana «Rosó», que cantó con gran emotividad y una dicción no muy precisa pero que fue un regalo correspondido con el público en pie.
Camarena estuvo perfectamente acompañado al piano por el preciosista y elegante pianista Ángel Rodríguez. Una lástima que no estuviese el tenor en plenas facultades para soltarse y ofrecer todo su potencial pero las circunstancias mandaban, esperemos que esté perfecto para el resto de la gira.