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Racionero, viva la literatura psicodélica

El autor falleció a los 80 años dejando una obra que preludiaba temas de actualidad
larazon
La Razón

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En su libro «Espiritualidad para el siglo XXI» (2016), Luis Racionero (La Seu d’Urgell, Lérida, 1940) proponía una mística confianza en el indeterminado más allá sugiriendo un nuevo modo de conocimiento, una «existencia» apaciblemente etérea y contemplativa que le llevaba a interpelar a los lectores con un concluyente: «¿No les dan ganas de morirse?». Ahora es el mismo autor quien ha accedido a esa metarrealidad que imaginaba, con su característico optimismo, como una feliz superación de lastres físicos, el acceso definitivo al total discernimiento, la conclusiva resolución al expectante enigma que, en su caso, supo vivir con venturosa placidez e inteligente perspicacia.
Formado en el ámbito técnico y científico –Ingeniería, Economía, Arquitectura– , Racionero representa al intelectual humanista, capaz de combinar la teorización estética con la crítica mirada sobre su entorno sociocultural, el rigor ensayístico con el ameno tono divulgativo. Todo ello bajo un idiosincrático estilo que incluye la dicha de la escritura, el placer del texto y el júbilo de la comunicación. Lejos de pretenciosos academicismos o fatuas erudiciones, su obra transmite la frescura del escritor de raza para quien no escapan los detalles de la cotidianidad, el costumbrismo de los contextos históricos, la escrutadora disección de la realidad. Fruto de sus experiencias con la contracultura californiana de los años setenta, publicará un libro emblemático, «Filosofías del underground» (1977), donde acercaba al público español la atmósfera y teorías de aquel universo contestatario, larvado en la década anterior y forjado en el final de la guerra de Vietnam, el consumo de LSD, la música rock, el pacifismo hippie y la protesta generalizada.
Experiencia y verdad
Con esta obra asentaba su original perfil de, en propias palabras, «liberal psicodélico», generando una escritura que aunaba el retrato generacional, la crónica sociológica, el reportaje periodístico y la vivencia personal. Se adentraba así en una visión desmitificadora del europeo racionalismo ilustrado, dando cabida a desinhibidas –y hasta extravagantes, formulaciones del conocimiento: «Todas estas filosofías irracionales se parecen en una cosa: no buscan la verdad, sino una experiencia psicológica; no pretenden concatenar argumentos para deducir otros argumentos, sino que buscan un estado de ánimo, una fusión del concepto mental con el estado físico del cuerpo que lleve a un estado psicosomático nuevo».
Con modélica claridad expresiva irá desgranando los caracteres de aquella modernidad, núcleo ideológico de la «beat generation» y, para nuestro autor, fundamento evidente de una intensa desacralización cultural. Variando de registro temático, en 1981 publicaba «Cercamón», recreación novelada del mundo medieval protagonizada por la poética trovadoresca, el arte románico y la erudición monacal, donde defendía el impulso civilizador de la latina mentalidad meridional y su origen en la antigüedad clásica. «Del paro al ocio» obtenía en 1983 el Premio Anagrama de Ensayo, perfilándose como una fundamentada especulación sobre el creciente tiempo libre. Las vicisitudes sociales y políticas de los años posteriores darían la razón a este libro que postulaba el asueto creativo, el trabajo vocacional y la gozosa profesionalidad.
Racionero publicaría dos exitosos títulos de recreación histórica, coincidentes en su admiración por dos espléndidas épocas culturales: «Florencia de los Médicis» (1990) y «Atenas de Pericles» (1993), con los que se adentraba en una eclosión civil y colectiva que aunaba sociedad, Estado y civilización. Y «El progreso decadente», Premio Espasa de Ensayo, constituía una sagaz aproximación a los avances tecnológicos que conllevarán un implacable proceso de deshumanizada incomunicación. La faceta rememorativa la cubrió con jocosa desinhibición en «Sobrevivir a un gran amor seis veces: memorias» (2011), donde se adentraba en personales experiencias de seducción sentimental. Y, entre tantos títulos destacables, su último «Concordia o discordia» (2016), ensayo político donde analizaba las tensiones provocadas por los nacionalismos excluyentes, con Cataluña como tema esencial.

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