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Diario musical del coronavirus (V): El difícil y negro futuro a medio plazo

El Liceu Ópera de Barcelona presenta un recital protagonizado por el tenor Javier Camarena
El tenor Javier Camarena posa en el Liceu Ópera de BarcelonaPau VenteoEuropa Press

Afortunadamente no hemos tenido muchas bajas esta semana en música pero, entre otras, la mezzosoprano sueca Kerstin Meyer y clavecinista-organista canadiense Kenneth Gilbert. Escucho la diatriba sobre el recuento de los fallecidos en España. Increíble que no se hable del método más fácil: registro civil de fallecidos en un periodo promedio en los cinco años anteriores. La aproximación es válida y, si bien no para un filósofo, sí debería serlo para sus asesores, a menos que sean tuercebotas o traten de engañar. Pero volvamos a lo nuestro.

Entre las buenas noticias, que el Palau valenciano reemprende su reforma o que los Reyes, en video-conferencia con Gregorio Marañón, se preocupan más por la cultura que nuestro ministro quien, obligado, anuncia un «gran pacto de Estado». La montaña parió un ratón. El Real se está moviendo mucho y bien, salvo por unos “cheques regalo”. Bien podría el ministro poner dinero para que devolviesen lo pagado por las entradas. Resulta entrañable el vídeo, recuperado en YouTube, de la entrevista en «Melómanos» de TVE a Javier Solana, felizmente recuperado, cuando era ministro de Cultura. Años luz, a pesar del desliz: «…y Barenboim, además, habla español».

Las dotes conquistadoras de Pilar Jurado no le han servido esta vez y, para la SGAE, ha pesado más su autoritarismo. No levantan cabeza. A duras penas se pudo levantar María José Montiel de una caída en el escenario de ABAO en pleno Rigoletto, que le costó un año de parón en su carrera y cuatro operaciones. No quiso demandar, pero maldita la gracia que le ha hecho recordarlo ahora en un «streaming» mientras da clases de canto en la Universidad de Berlín, por internet. El «streaming» más visto esta semana en el mundo ha sido el de Bocelli en la puerta del Duomo. Es el «tenor» mejor pagado del mundo.

La temporada ha terminado

Netrebko, Kaufmann, Flórez, Camarena, Fleming participan estos días en galas desde Viena y el Met. Fiorenza Cedolins ofrece un curso de canto virtual y Max Richter ayudó el domingo a quienes apenas podemos dormir con una nana de título «Sleep» de nada menos que ocho horas. Los Proms, Bayreuth, Munich, etc. en el limbo y Palau de les Arts, Ibermúsica y otros muchos dan ya por terminadas sus temporadas. Una ruina. Otros anuncian sus próximas, quizá con excesivo optimismo porque, como ha declarado Peter Sellars «estábamos en un camino insostenible» o como el director del Festival de Edimburgo: «Es muy difícil que la volvamos a la misma situación que antes de la crisis».

Sabemos que nada va a ser igual, pero ¿sabemos cómo va a ser? ¿Cuándo y cómo abrirán teatros y salas? ¿con qué aforo? El Palau de la Música Catalana ya ha anunciado que con el 50%. ¿Funcionarán así los números? ¿Qué público asistirá? ¿Volveremos a como era la música antes de los tres tenores? ¿Sobrevivirán las revistas musicales tradicionales en papel? Mi opinión las dos próximas semanas.