Los «Parásitos» brasileños de Sandra Kogut
La directora se lleva los aplausos de Málaga con «Tres veranos», una denuncia del neoliberalismo brasilero que recuerda a la cinta de Bong Joon-ho
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Si Bong Joon-ho encandiló a medio mundo con las miserias de sus «Parásitos», Sandra Kogut, ayer en Málaga, hizo lo propio con «Tres veranos» («Três Verões»). Una cinta en la que se encuentra un fuerte reflejo de la multipremiada película coreana. En esta ocasión no toca irse hasta Oriente para disfrutar de las peripecias de un ama de llaves que se apropia de la casa de sus patrones –eso sí, con bastante más arte que su compañera asiática–, sino a Brasil.
Es aquí donde Madá, interpretada por Regina Casé, deberá lidiar con la ausencia de los dueños de la casa en la que trabaja. Cada diciembre, entre Navidad y Año Nuevo, Edgar y Marta organizan una celebración familiar en su lujosa casa de verano junto a la playa que ya se ha convertido en tradición. Y así pasan los años hasta que la fiesta se cancela abruptamente por el arresto de él y es entonces cuando estalla una historia en la que Madá tomará los mandos para subsistir en un país asolado por la corrupción. Es la trama con la que Kogut, a través de la mirada de una empleada y un anciano olvidado en la huida, retrata el Brasil contemporáneo «justo antes de la tragedia de 2018, cuando llegó la extrema derecha al poder», confiesa la directora brasileña.
Quería Kogut que el peso de la cinta lo llevara la criada porque «son estos personajes los que me gustan, los que no tienen nada material, sin embargo, su fuerza, sus ideas y su determinación representan actitudes que no vemos en el Estado. Como, por ejemplo, que piensa en el grupo y crea las posibilidades de progreso para ella y los que la rodean». Es la manera que ha encontrado la realizadora de «hacer una crítica al sistema neoliberal brasileño que se ha olvidado del colectivo y ha obligado a que cada uno solucione su vida como pueda».
Como curiosidad de la situación en su país, Kogut quiso explicar que «cuando en el rodaje aparecieron los policías [extras] para registrar el piso, el niño de la familia de la casa, que estuvo conviviendo con nosotros mientras estuvimos trabajando, dijo “mira, mamá, como el otro día”», comentó la directora de una situación no tan extraña durante un tiempo.