Isabel Coixet: “Al oficio del cine hay que venir meado, llorado y psicoanalizado”
La directora recoge de manos del Ministro de Cultura el Premio Nacional de Cinematografía y lanza, cerca de donde destrozaron su película de debut, unas palabras de arenga a quien empiece
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Con la industria cinematográfica volcada en San Sebastián, ayer fue el momento de entregar el Nacional de Cine a Isabel Coixet de manos del ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes. Desde la Tabakalera (muy cerca de la cafetería en la que una Coixet treintañera se deshidrató llorando después de que despedazaran su primera película en el Festival), la directora de San Adrián de Besós quiso lanzar una soflama para aquellos que están empezando en la industria.
“Esas palabras que me hubiera gustado encontrar en mis inicios”, anticipaba: “Observa, escucha, mira, fíjate... en la mirada de esa señora a la que la cedes el asiento, o en el niño que lleva un jersey que le pica, o en la pareja que se aferra al café o en el camarero. Proyecta sobre el pequeño cine de tu cabeza sus problemas para inspirarte, pero también puedes ir en busca de una tribu perdida o inventarte un planeta -continuaba-. No tengas nunca miedo a la cámara, haz de ella tu prolongación. No critiques al que ha conseguido tu sueño antes que tú. No maldigas. Hacer películas no es fácil y hay que asumirlo. Cada segundo que pierdes lamentándote te alejas de tu sueño. No te va a querer todo el mundo. (...) Un set de rodaje no es un lugar donde sacar tus frustraciones. Hay que ir meado, llorado y psicoanalizado de casa (...) No hagas películas pensando en los críticos ni en tu madre, pero tampoco les des la espalda. Una película no puede ser el espejo de tu vanidad”, arengó.