Resuelven el misterio del mosaico perdido de Calígula
Hallado en los años 30 en un barco en el fondo de un lago, esta pieza de incalculable valor volvió a perderse en los 60, hasta ahora, que ha sido encontrada de la forma más inesperada
Creada:
Última actualización:
Entre el año 37 y 41 d.C., Calígula, también conocido como Cayo César, fue emperador romano. El suyo fue un reinado polémico, en el que todo estaba permitido y donde su opinión valía mucho más que la ley. El emperador de las sandalias (cáliga, en latín, es sandalia) nació en el año 12 y fue asesinado en el 41 por sus propios guardias, en el monte Palatino. Fueron menos de 4 años de poder, pero tan intensos que quedaron para la historia. Y aún hoy se siguen desvelando secretos. Ejemplo de ello ha sido la recuperación de una obra de arte que estaba perdida desde hacía años: han hallado por fin el mosaico perdido de Calígula. Y el lugar no podía ser más insospechado.
Este mosaico formó parte de la decoración de los dos grandes barcos que el emperador mandó construir en el lago de Nemi, próximo a Roma y que albergaba un santuario de la diosa Diana. Las naves eran una especie de palacios flotantes, convirtiéndose en el símbolo definitivo del polémico tercer emperador de Roma, del hijo del mítico Germánico, demostrando en nuestros días la grandeza de la ingeniería naval romana.
No obstante, a pesar de su espectacularidad, se produjo un símil entre esos barcos y el reinado de Calígula: quisieron gozar y forzar el esplendor, pero se acabaron hundiendo. Las naves acabaron en el fondo del lago, pasando 20 siglos -durante la década de 1930- hasta que fueran localizados y recuperados. Pero eso no quedó ahí: expuestos en un museo, sucumbieron a la Segunda Guerra Mundial. Al mosaico se le acabó perdiendo la pista y, ahora, se ha hallado en Nueva York de la forma más sencilla: no fue robado, ni estaba escondido ni sepultado en ningún muro. El mosaico de Calígula estaba en la casa de la anticuaria Helen Fioratti, nonagenaria de orígenes italianos.
La mujr ojeaba un libro escrito por el arquitecto romano Dario del Bufalo de 2013 cuando reconoció un objeto muy familiar: el precioso mosaico que ella usaba como mesa para tomar el té se parecía mucho al resto arqueológico que se mostraba en aquella página. Según explica Del Bufalo a Efe, Fioratti compró en los 60 esa pieza, hecha con verdosa piedra serpentina y el rojizo pórfido. Durante años charló con su marido y tomó el té en esa reliquia, sin saberlo.
Con esto, Italia resuelve por fin el misterio del “mosaico perdido de Calígula” y recupera una pieza de valor incalculable de su patrimonio histórico. Ahora, lo llevarán de vuelta al Museo de las Naves de Nemi, a orillas del lago: según la organización del espacio y los expertos, es “fundamental que los objetos vuelvan a su contexto”.