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María Pareja, la esperanza española en los Oscar

La animadora está nominada, junto al equipo de “Wolfwalkers” (AppleTV+), al Oscar a la Mejor Película de Animación y tiene en “Soul” su principal competidora
La Razón
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  • Matías G. Rebolledo

    Matías G. Rebolledo

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En lo que se suponía un año aciago para el cine «con ñ» en los Oscars —cuya ceremonia se celebrará en la madrugada del próximo 25 de abril—, que comenzó con «La trinchera infinita» fuera de la carrera a las primeras de cambio y continuó con «La voz humana», el cortometraje de Pedro Almodóvar, fuera incluso de las nominaciones, son varios los profesionales españoles que, pandemia y dificultades mediante, siguen apuntando a la estatuilla más preciada del séptimo arte. Quizá la que parta en una mejor posición sea María Pareja, animadora profesional del estudio irlandés Cartoon Saloon y co-directora de arte de la película «Wolfwalkers», la gran favorita a asaltar el aparentemente perenne trono de Disney en la categoría de Mejor Película de Animación (se ha hecho con hasta ocho de los últimos diez premios).
La historia de una joven aprendiz de cazadora que se mete de lleno en la vida y hábitos de una tribu de supuestos licántropos le ha valido a su estudio, responsable de otras joyas como «La canción del mar» o «El pan de la guerra», una merecida y aplaudida nominación. De hecho, el esfuerzo titánico de competición de Pareja y su equipo, con los directores Tomm Moore y Ross Stewart al frente, ya les ha valido un Annie, el premio más prestigioso del sector de la animación y principal barómetro de cara a los Oscars.
Estudiante de animación en la U-tad, un centro especializado, su trabajo en el filme ha consistido en crear las guías de estilo y los libros de arte que dan forma a la película y se aseguran, por ejemplo, de que cada escenario y localización guarde una relación estética con las demás. «No puedo estar más contenta y orgullosa de haber trabajado en este proyecto. Normalmente no tengo mucho material para compartir, porque una parte importante de mi trabajo son notas privadas y muy pocas ilustraciones, pero guardo con cariño la que fue mi primera escena en la película. Tuve que rehacer los árboles del fondo unas ocho veces”, confesaba tierna Pareja en su cuenta de Instagram tras oficializarse el Annie.
-¿Cómo te enteraste? ¿Cómo recibisteis la noticia de la nominación en el estudio?
-Como es habitual en este tipo de ocasiones, nos convocaron a un pequeño evento a la hora de comer, vía Zoom y pudimos seguir las nominaciones. Fue una alegría inmensa.
-¿Los Oscars se siguen entendiendo como un refrendo a vuestro trabajo? ¿Siguen haciendo ilusión después de ganar tanto en los Annie?
-Siempre está bien y hace ilusión, sobre todo por la visibilidad que dan premios de ese calibre a nuestro trabajo. Los Annie no dejan de ser un poco endogámicos, premios por la animación de animación y para la animación. Los Oscars son mucho más globales y ayudan a que más gente conozca tu trabajo.
-¿Cómo le explicarías a alguien que no sabe nada de animación cuál ha sido tu trabajo en la película?
-Yo, como diseñadora de producción ha sido diseñar localizaciones o entornos que todavía no estaban plasmados, también hacer notas de estilo, para que hubiera una coherencia interna dentro de la película. Al ser dibujada a mano, es fácil que los estilos se puedan diluir y es eso en lo que me tengo que centrar. Mi trabajo, básicamente, es que todo sea homogéneo y coherente.
-Siendo un año tan horrible para la animación en España, con solo una película pasando el corte para los Goya, la pregunta se hace obvia. ¿Es imposible trabajar en España en la animación?
-Realmente no lo sé, porque nunca lo llegué a intentar. Yo estoy muy contenta en Irlanda porque es donde siempre quise estar. La impresión que tengo desde fuera, eso sí, es que no hay mucho trabajo.
-¿Cuándo llegaste a Irlanda, al estudio Cartoon Saloon?
-Me vine aquí en junio de 2018.
-¿Qué te motivó a pegar el salto?
-Conocí el estudio cuando todavía estaba estudiando, en primero de carrera. Me enamoré del estilo de “La canción del mar”, pero no me lo había fijado como objetivo ni mucho menos. Antes incluso de terminar la carrera, uno de mis profesores me dijo que me empezara a preparar entrevistas. Me preguntó si conocía el estudio y me dijo que recibían propuestas y estaban atentos a talentos nuevos, así que decidí probar. Pasé todas las pruebas y en cuestión de unos meses ya formaba parte del equipo.
-¿Da un poco de rabia que los académicos vayan a votar las películas sin apenas verlas, como si Disney tuviera ya ganado el premio?
-Tampoco tengo una información fehaciente ni estoy segura, pero sí que existe la sensación esa de inercia, de que ya está dado... Al final las empresas grandes son esas y es hasta normal. Es más fácil premiar a las películas que más han resonado con las audiencias, o incluso, valorarlas por lo que ha hecho el estudio en el pasado y no lo que está haciendo ahora.
-¿Vas a ver la gala? ¿Estarás atenta?
-Por supuesto, la veremos con todo el equipo. La única “espinita” eso sí, es haber sido nominados justo el año en el que es imposible viajar. Otra vez será.

Españoles pendientes de Los Angeles

La animadora, de apenas 28 años y que peleará contra «Soul» y «Onward» es la que más posibilidades tiene de tocar oro con el proyecto en el que participa, pero no es la única española que estará especialmente atenta a la gala de la 93.ª Edición de los Oscars. María del Puy Alvarado y Marisa F.ernández Armenteros, productoras de «El agente topo» podrían llevarse el Oscar al Mejor documental, pero lo tendrán difícil en un año en el que las tensiones raciales que analiza «Time» y la corrupción rumana de «Collective» copan todas las quinielas.
En el apartado de Mejor maquillaje y peluquería, el cántabro Sergio López-Rivera ha visto reconocida su labor en «La reina del blues», consiguiendo una constante sensación de calor sofocante que atraviesa su película y dotando a la siempre excelente Viola Davis de un aspecto tan vívido como violento. El quinteto titular de españoles con esperanzas en Los Angeles lo completa Santiago Colomo, experto en efectos digitales y cuyo trabajo en «El magnífico Ivan» no ha sido obviado por una Academia que, Steven Soderbergh mediante, promete una gala diversa, económica y, sobre todo, dinámica.