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Crítica de “Nadie”: Yo soy la justicia... a lo bestia ★★★☆☆

Bob Odenkirk en "Nadie", de Ilya Naishuller
Bob Odenkirk en "Nadie", de Ilya NaishullerAllen Fraser

Director: Ilya Naishuller. Guión: Derek Kolstad. Intérpretes: Bob Odenkirk, Aleksey Serebryakov, Connie Nielsen, Christopher Lloyd. Estados Unidos , 2021. Duración: 92 minutos. Acción.

Te levantas, desayunas, al trabajo, corres un poco por aquello de hacer deporte, ves de refilón a la familia, cenas y vuelta a empezar. La vida de muchos, al cabo, con o sin pandemia. Ciertamente, Hutch Mansell (un estupendo y hierático Bob «abogado» Odenkirk) es un hombre corriente, demasiado corriente y moliente para algunos. O lo parece. Un tipo anodino cuyas aspiraciones para el futuro parecen igualmente aburridas. Pero una noche dos inexpertos ladrones entran a su casa y, mientras el hijo mayor de Hutch les planta cara, él decide renunciar a defenderlos para evitar males mayores. Lo que decepciona a todos, incluido el policía que recoge la denuncia y le dice con una sonrisita irónica que actuó «bien». Pero este señor nadie tenía un pasado más oscuro de lo que el espectador puede imaginar y que regresa de manera violenta por el posible robo de una simple pulserita. Y, como aquel Charles Bronson de «Yo soy la justicia» (Michael Winner, 1995) o cualquier vengativo Liam Neeson, el protagonista se dedica desde ese momento a repartir leña, sobre todo, entre los rusos, en una película de acción y comedia, o sea, bastante cafre y divertida (toda la secuencia que transcurre en el autobús resulta en ese sentido prodigiosa) y en la que incluso se recupera al ya octogenario Christopher Lloyd, el inolvidable Doc Emmett Brown de la trilogía «Regreso al futuro», para encarnar a un anciano padre que se aburre mortalmente en el asilo y tiene todavía ganas de dar guerra. Tiros de todos los colores y desde todos los ángulos, fajos de billetes que se llevó el fuego y un final igualmente gamberro nos deja con más ganas de fiesta, lo que, en estos tiempos, es ya decir mucho.

Lo mejor

Es tan cafre y divertida... la pelea en el autobús y el tramo final son buena prueba de ello

Lo peor

Que nadie busque un guion muy sesudo, porque es un filme para entretener