Crítica de “La apariencia de las cosas”: fantasmas de saldo ★★☆☆☆

Dirección y guion: Shari Springer Berman y Robert Pulcini, según la novela de Elizabeth Brundage. Intérpretes: Amanda Seyfried, James Norton, F. Murray Abraham, Rhea Seehorn. USA, 2021. Duración: 121 minutos. Misterio. En Netflix.

A veces el producto manufacturado para plataformas parece un conglomerado de citas y modelos tan apelmazado que tiene el aspecto de ese pan alemán que sacia con una sola rebanada. Es lo que le ocurre a “La apariencia de las cosas”, que, sin saber qué película quiere ser, acumula incidencias, trampas y callejones sin salida para satisfacer la mirada ansiosa del espectador que desea mantenerse despierto a toda costa después de cenar. Anorexia, adulterio, sesiones espiritistas, identidades robadas, niñas insomnes, fantasmas mejores y peores, sororidad espectral, violencia de género, crítica de arte y misticismo barato son, entre otros, los ingredientes de este melodrama que coquetea con el terror y con el suspense -con un pie en “Terror en Amityville” y otro en “El resplandor”, debidamente calzados en zapatos de todo a cien-, y que nos plantea un misterio mucho más insondable que cualquier aparición diabólica. ¿Qué hace la industria de Hollywood con algunos cineastas independientes que parecen prometer el oro y el moro y se quedan en agua de borrajas? Porque Springer y Pulcini debutaron con la magnífica “American Splendor”.