Sección patrocinada por sección patrocinada
Libros

Libros

Nativel Preciado, Premio Azorín de novela

La autora gana con «El santuario de los elefantes», una novela ambientada en África y con trasfondo ecologista

La escritora Nativel Preciado con el Premio Azorín
La escritora Nativel Preciado con el Premio AzorínMercedes VilarMercedes Vilar

Nativel Preciado ha ganado el Premio Azorín 2021 con una novela de gancho y pulso literario, pero que cuenta con un trasfondo actual. «El santuario de los elefantes» navega entre la ficción de unos personajes inventados y la situación cruda y descarnada que se vive en muchos lugares de África. La trama narra la iniciativa de un grupo de amigos, algunos con dinero procedente de negocios turbios, que emprenden un viaje a un país de este continente con la intención de invertir en unos negocios. Pero allí no solo conocerán una naturaleza exuberante, peligrosa y atractiva que anima sus sueños, sino que también se toparán con una realidad impactante y dolorosa que les obligará a replantearse muchas convicciones que traen consigo. Con este punto de partida, la autora reflexiona sobre la manera de vivir que en este momento existe el mundo occidental y las consecuencias que tiene para aquellas naciones más desfavorecidas y con menos recursos para la población. Un mensaje de absoluta vigencia que encuentra un justo y proporcional equilibrio entre la imaginación, que es lo que siempre da vuelo a la ficción, y lo que está ocurriendo a nuestro alrededor. «Es una alegoría, un cuento para adultos y una novela de aventuras. Y, como sucede siempre en estas historias, el viaje se complica, los personajes sufren accidentes, se enfrentan entre ellos y otros, en cambio, se enamoran. Parece como si África se vengara de estos personajes, algo frívolos, que se han desplazado hasta allí para robarle las riquezas».

Como en la primera novela

La escritora, al recibir el Premio, mostró una «emoción» que no intentó disimular. Reconoció que siempre había deseado recibir el premio que lleva el nombre de un maestro de escritores como fue Azorín. «Durante mucho tiempo pensé en escribir una novela precisa, sintética, sin demasiadas hipérboles ni exageraciones, como hacia él. Este libro es un homenaje a Azorín. Estoy tan ilusionada con esta novela que con la primera que escribí». Nativel Preciado admitió que durante el confinamiento y los meses de pandemia se refugió en la escritura. «Llevo un año metida en esta obra. Es una aventura que discurre en Tanzania», admitió, pero, también, hacia los elefantes, un animal por el que siente una honda sensibilidad. Quizá por eso, desde el escenario que acogió la ceremonia, expresó un deseo: «Ojalá este libro emocione a los lectores; ojalá, también, que liberen las patentes de las vacunas para que lleguen a los africanos porque o nos salvamos todos o no nos salvamos ninguno; ojalá en África puedan, por fin, vivir en paz de sus tierras y de sus riquezas, y que los elefantes se liberen de los cazadores furtivos que los cazan, y, ojalá, esta maldita pandemia nos cambie para mejor. Para vivir –puntualizó– se necesitan pocas cosas. La mayor parte de ellas son superfluas y contraproducentes. Dejémonos de creer ya la especie elegida y hagamos las paces con la naturaleza».

Nativel Preciado, que empezó su carrera en el periodismo, pero que después emprendió una carrera literaria en la que ha ido cimentando su nombre y prestigio, no se ha olvidado en esta obra de incluir elementos narrativos de tensión que mantienen siempre en alerta la atención del lector. Gracias a estas páginas los lectores serán testigos de algunas circunstancias que hoy castigan a África y se abordan asuntos delicados y tristes, como es la cacería ilegal de la gran fauna. El libro se convierte así en una oportuna meditación sobre lo que somos, lo que hacemos y hacia dónde se encamina nuestro mundo. «Estos personajes buscan un tesoro, pero también quieren blanquear su dinero, aunque no saben que también les aguarda una maldición. Es una metáfora del presente». La escritora, que ha releído las novelas de John Fante, admite la deuda que esta novela mantiene con él y confiesa que esta obra «incorpora una parte con un enorme sentido del humor y eso es una influencia de él. Es la primera vez que me atrevo con el humor –asegura riéndose–. Pero el libro, sobre todo, es una mirada sobre el desastre que estamos cometiendo con el planeta que habitamos y de cómo se venga de nosotros».

UNA PROSA LIMPIA Y UNA AUTORA DE LUJO
Por Ángeles LÓPEZ
Nativel Preciado, llegó del periodismo a la narrativa como una paracaidista de lujo y ha sido abrigada por distintos galardones: el Premio Planeta, el Primavera, el Fernando Lara... Las temáticas que ha abordado a lo largo de estos años en sus distintos libros han pivotado entre el intimismo y la crónica de pasajes de nuestra historia. En «Canta solo para mí» rememoraba los últimos años del franquismo para resaltar la vitalidad que anida bajo cualquier forma de represión, en un intento de transferir a las nuevas generaciones las ansias de libertad de sus coetáneos. Con «Camino de hierro», nos entregaba un relato costumbrista que daba noticias sobre la organización formal de una sociedad caduca, al tiempo que trenzaba una hermosa historia de amor salpicada de versos, citas, películas y lugares donde gozar con el amante. Evoco con especial cariño «Llegó el tiempo de las cerezas», donde conocimos a una mujer que se libró de las tragedias históricas del pasado siglo –la Guerra Civil, la persecución nazi, la Siberia de Stalin o Vietnam...–.
Al borde de su sexta década de existencia sólo temía una cosa: al vertiginoso paso del tiempo que conlleva soledad y abandono. «El sentir de las mujeres», «Amigos íntimos», «El egoísta», «Extrañas parejas»... en cada obra ha dejado huella de su visión psicológica del mundo y del valor de la mujer ambivalente, introduciendo anzuelos imposibles de no morder. Pero su íntima apuesta no ha sido otra que embarcarnos en un viaje literario honesto. Nativel Preciado empatiza con el lector porque se apoya en una prosa limpia, precisa, que acaricia el alma. Abordando textos de auxilio sin una sola estridencia y debilitando las doctrinas para fortalecer las conciencias y la belleza, retorciendo a la gran María Lejárraga. Felicidades, compañera.